La entidad rusa se registró el 5 de agosto para sustituir al operador del proyecto, Sakhalin Energy, mientras Moscú reescribe las normas para las empresas extranjeras que operan en el país en medio de las sanciones mundiales tras su invasión de Ucrania.

Para un Japón pobre en recursos, el proyecto es una fuente importante para su seguridad energética. Compra alrededor del 9% de su GNL a Rusia, principalmente de Sajalín-2.

"Hemos recibido un nuevo contrato de una nueva entidad rusa a principios de agosto, pero no hay plazo para que lo firmemos", declaró un portavoz del proveedor de gas japonés Saibu Gas Holdings.

"Estamos examinando los detalles del contrato para decidir si lo firmamos o no", dijo, sin revelar detalles del mismo. Saibu compra 65.000 toneladas anuales de GNL a Sajalín-2 y ya recibió el cargamento de este año en julio.

Tohoku Electric Power también ha obtenido un nuevo contrato de la nueva entidad, mientras que Kyushu Electric Power ha recibido una notificación de la transferencia de la nueva entidad el 10 de agosto, dijeron sus portavoces, añadiendo que están considerando si continuar con sus contratos.

Tokyo Gas, el mayor proveedor de gas urbano de Japón, ha sido contactado por la nueva entidad en relación con un contrato, dijo un portavoz, pero declinó comentar los detalles debido a la confidencialidad.

Otros compradores JERA, Toho Gas e Hiroshima Gas declinaron hacer comentarios.

PARTICIPACIONES UPSTREAM

Un decreto del gobierno ruso firmado a principios de agosto dio a los inversores extranjeros en el proyecto - Shell y las casas comerciales japonesas Mitsui & Co y Mitsubishi Corp - un mes para reclamar sus participaciones en la nueva entidad, lo que significa que la fecha límite es el 4 de septiembre.

El gobierno japonés ha dicho en repetidas ocasiones que quiere que las casas comerciales conserven sus participaciones y ha pedido a Mitsui y Mitsubishi que "piensen positivamente" en unirse a la nueva entidad rusa.

El miércoles, el nuevo ministro de Industria, Yasutoshi Nishimura, se reunió con el presidente de Mitsubishi, Katsuya Nakanishi, y le pidió que considerara su participación en la nueva empresa rusa.

"No hemos oído hablar de nuevas condiciones que dificulten la firma de un contrato para el proyecto Sajalín-2", declaró Nishimura a la prensa.

Mitsubishi considerará la cuestión desde una perspectiva global, dijo un portavoz tras la reunión, señalando la petición del gobierno, el riesgo empresarial y la racionalidad económica entre otros factores.