Las fotografías tomadas en Nomuka el lunes (17 de enero) y el martes (18 de enero) mostraron cenizas cubriendo estructuras de edificios derribados, y los interiores de los edificios llenos de escombros y daños. En Tungua, se captaron barcos y aulas que también sufrieron daños por las secuelas.

La erupción fue tan potente que los satélites espaciales captaron no sólo enormes nubes de ceniza, sino también una onda de choque atmosférica que irradiaba desde el volcán a una velocidad cercana a la del sonido.