Su derechista Partido Liberal (PL), ganó 99 escaños en la cámara baja de 513 miembros, frente a 77, y los partidos de derecha aliados a Bolsonaro controlan ahora la mitad de la cámara.

La mayor sorpresa en la votación del domingo fue en el Senado, donde el partido de Bolsonaro ganó 13 de los 27 escaños en juego, con dos más posibles en la segunda ronda de desempate, dijo un portavoz del partido.

"Contra todo pronóstico y contra todos, este año ganamos 2 millones de votos más que en 2018", publicó Bolsonaro en las redes sociales en las primeras horas del lunes. "También elegimos las bancadas más grandes en la Cámara Baja y el Senado, que era nuestra principal prioridad".

Bolsonaro ayudó a elegir a aliados en el Senado que habían quedado rezagados en las encuestas de opinión, como los ex ministros Damares Alves y Paulo Pontes. Alves, un aliado evangélico, derrotó al candidato al Senado del propio partido de Bolsonaro.

La fuerte muestra de la derecha en las carreras legislativas y de gobernadores, especialmente en el sureste de Brasil, más rico, hizo de Bolsonaro el gran ganador de las elecciones. También le negó a su rival presidencial de izquierda, Luis Inacio Lula da Silva, la victoria absoluta y consolidó una base política que puede ayudarle a gobernar si gana la segunda vuelta del 30 de octubre.

Aunque la mayoría de los analistas políticos siguen viendo al ex presidente Lula como vencedor, su victoria ya no es tan fácil.

El Partido de los Trabajadores de Lula ganó 10 escaños más en la cámara baja del Congreso, donde sigue siendo el segundo partido más grande con 68 representantes. Pero si es elegido, Lula tendrá más dificultades para conseguir que la legislación pase por un Congreso más conservador.

Los aliados de Bolsonaro también lograron avances en la política estatal, incluyendo las carreras para gobernador.

Su ex ministro de Infraestructura, Tarcisio Freitas, que participó en mítines en motocicleta con Bolsonaro, ganó la mayor cantidad de votos para gobernador de Sao Paulo, el estado más grande de Brasil, y se enfrentará al aliado de Lula, Fernando Haddad, en una segunda vuelta el 30 de octubre.

Bolsonaro se jactó de haber contribuido a la elección de ocho gobernadores, con la esperanza de elegir a otros ocho en la segunda vuelta.

"Esta es la mayor victoria de los patriotas en la historia de Brasil: el 60% del territorio brasileño será gobernado por quienes defienden nuestros valores y luchan por una nación más libre", tuiteó.

Lula dio un giro optimista al resultado, diciendo que esperaba otro mes de campaña y la oportunidad de debatir con Bolsonaro cara a cara.