GRANADA, España, 5 oct (Reuters) - Se espera que los dirigentes europeos garanticen el jueves al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, su apoyo a largo plazo, después de que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, expresara su temor por que las luchas internas republicanas en el Congreso pudieran perjudicar la política estadounidense sobre la continuidad de la ayuda a Kiev.

Está previsto que Zelenski asista a una cumbre en la ciudad española de Granada de la Comunidad Política Europea, un foro para fomentar la cooperación entre más de 40 países establecido el año pasado tras la invasión rusa de Ucrania.

Su asistencia no se anunció con antelación por motivos de seguridad. Responsables familiarizados con los planes dijeron que participaría en la cumbre, lo que le daría la oportunidad de presionar para conseguir ayuda militar más urgente, como sistemas de defensa antiaérea.

Zelenski dijo en un mensaje de vídeo el miércoles por la noche: "Nos estamos preparando para intensas actividades internacionales: esta semana y la próxima deberían ser productivas para Ucrania".

La reunión de Granada también ofrece a líderes como el presidente francés, Emmanuel Macron, el canciller alemán, Olaf Scholz, y el primer ministro británico, Rishi Sunak, la oportunidad de reafirmar su compromiso con Ucrania después de que las turbulencias políticas tanto en Estados Unidos como en Europa plantearan dudas sobre la continuidad del apoyo.

En Estados Unidos, una disputa entre la mayoría republicana de la Cámara de Representantes ha complicado las negociaciones presupuestarias y ha llevado al demócrata Biden a pasar de la confianza en que se llegará a un acuerdo sobre la ayuda a Ucrania a expresar abiertamente su preocupación.

"Sí me preocupa", dijo Biden el miércoles, antes de añadir: "Pero sé que hay una mayoría de miembros de la Cámara de Representantes y del Senado de ambos partidos que han dicho que apoyan la financiación de Ucrania".

En Eslovaquia, el partido del ex primer ministro Robert Fico quedó primero en unas elecciones generales celebradas el fin de semana tras comprometerse a detener la ayuda militar a Ucrania.

En Polonia, el primer ministro Mateusz Morawiecki declaró el mes pasado que su país dejaba de armar a Ucrania y se centraba en reconstruir sus propios arsenales de armas.

Algunos representantes ucranianos, de la Unión Europea (UE) y de la OTAN han restado importancia a estos acontecimientos, afirmando que el apoyo a Kiev se mantendrá en última instancia, ya que redunda en el propio interés de Occidente.

Scholz declaró el miércoles que estaba "muy seguro" de que Estados Unidos mantendría su apoyo a Ucrania.

CRISIS EN EL CÁUCASO Y LOS BALCANES

La agenda oficial de la cumbre incluye temas como el transporte, la energía y la inteligencia artificial.

Sin embargo, reuniones paralelas se centrarán en las crisis entre Azerbaiyán y Armenia y entre Serbia y Kosovo, que han estallado en las últimas semanas ante los vacilantes esfuerzos de mediación de la UE.

Los responsables de la UE tuvieron que abandonar la esperanza de aprovechar la cumbre para celebrar la primera reunión entre los dirigentes de Azerbaiyán y Armenia desde la operación militar de Bakú el mes pasado para hacerse con el control del enclave de Nagorno Karabaj, que desencadenó el éxodo de más de 100.000 armenios étnicos.

Esas esperanzas se desvanecieron cuando la agencia de noticias estatal azerbaiyana APA informó el miércoles de que el presidente Ilham Aliyev había decidido no asistir. Scholz, Macron y el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, también habrían estado presentes.

Muchos líderes de la UE han condenado la operación azerbaiyana. Armenia ha acusado a Azerbaiyán de limpieza étnica, acusación negada por Bakú, que ha dicho que los armenios de Nagorno-Karabaj pueden quedarse.

Se espera que el primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, asista a la cumbre, y los representantes europeos manifestaron su deseo de encontrar formas de ayudar a su Gobierno a hacer frente a la crisis humanitaria inmediata y prestarle apoyo político y económico.

(Reporte de Andrew Gray; información adicional de Andreas Rinke en Berlín; edición de Grant McCool; Editado en español por Flora Gómez)