La gente acudió a la Plaza de la Independencia con pancartas que decían "Abajo la CEDEAO" y "Abajo Francia", para protestar por las restricciones impuestas por la Comunidad Económica de Estados de África Occidental y respaldadas por el antiguo amo colonial Francia.

Una junta militar tomó el poder en un golpe de Estado en 2020 e inicialmente acordó celebrar elecciones este mes de febrero. Desde entonces ha dado marcha atrás y recientemente ha propuesto una nueva fecha, diciembre de 2025.

La medida ha provocado la condena internacional, pero muchos malienses siguen apoyando al presidente interino Assimi Goita, un coronel del ejército cuyo derrocamiento de Ibrahim Boubacar Keita fue ampliamente popular.

"Estoy aquí para decir que Malí es primero para los malienses, no son la CEDEAO ni Francia quienes van a tomar las decisiones en nuestro lugar", dijo Adama Cisse, un profesor de 40 años presente en la multitud.

Las sanciones han dejado al país sin salida al mar aislado, ya que sus vecinos han cancelado vuelos, cerrado fronteras y cortado su acceso a los mercados financieros regionales.

Las potencias occidentales han expresado su apoyo a las acciones de la CEDEAO, y la Unión Europea dijo el jueves que también impondría sanciones.

Malí ya estaba inmerso en una disputa con sus aliados occidentales, que le acusan de contratar a contratistas militares privados rusos para que le presten servicios de seguridad. El gobierno maliense ha dicho que los rusos son instructores que llegaron con equipos comprados a Rusia.

En su intervención, el primer ministro Choguel Maiga elogió a Rusia y a China por haber bloqueado esta semana una propuesta de declaración en el Consejo de Seguridad de la ONU, respaldada por los países occidentales y africanos, que apoyaba las sanciones de la CEDEAO.

"Hoy Rusia y China se oponen al embargo ilegal e ilegítimo contra nuestro país y nuestro pueblo", dijo a la multitud Maiga, vestido con traje militar a pesar de no haber servido nunca en las fuerzas armadas.

Las tropas francesas están desplegadas en Malí desde 2013 para ayudar a combatir a los grupos militantes islamistas vinculados a Al Qaeda y al Estado Islámico. La misión de mantenimiento de la paz de la ONU, MINUSMA, también tiene unos 12.000 efectivos en Malí para intentar contener la violencia.

En una señal más de las consecuencias, Suecia dijo el viernes que revisaría su contribución a la fuerza de mantenimiento de la paz de la ONU, además de retirar sus fuerzas este año de una misión de fuerzas especiales europeas en Malí, como estaba previsto.

Los partidos de la oposición en Malí también han criticado al gobierno de transición por retrasar las elecciones y le han echado la culpa de las sanciones.