Puede que la moneda se haya fortalecido, pero este año sería volátil en ambas direcciones, advirtieron.

Dado que los periódicos emitieron esencialmente el mismo mensaje el mismo día y en sus portadas, casi con toda seguridad habían recibido instrucciones del gobierno.

El yuan se ha fortalecido un 2,2% frente al dólar este año, alcanzando un máximo de casi cinco meses el martes y revirtiendo gran parte de la pérdida anual de 2022, la mayor en 28 años. El optimismo sobre la recuperación económica tras el fin de los controles de pandemia en el país a finales de noviembre y principios de diciembre ha impulsado la divisa.

"Aunque la presión de la depreciación haya disminuido, la volatilidad bidireccional en el tipo de cambio del yuan seguirá siendo la norma en 2023", afirmó el Securities Times.

"La reducción del superávit por cuenta corriente y la brecha de rendimiento entre China y Estados Unidos seguirán añadiendo presión de depreciación sobre el yuan", advertía.

Ese periódico, de Pekín, y los otros dos instaron a los inversores a adoptar una neutralidad ante el riesgo en divisas.

La subida de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal y la consiguiente fortaleza del dólar fue un factor clave que pesó sobre el yuan en 2022, ya que los mayores rendimientos estadounidenses atrajeron el dinero hacia los activos denominados en dólares.

Los mercados esperan en general que el banco central estadounidense siga subiendo los tipos de interés en sus próximas reuniones hasta que esté seguro de que la inflación ha tocado techo.

El China Securities Journal de Pekín afirmó que la mejora de las expectativas económicas de China seguía siendo la fuerza más fundamental para decidir el valor del yuan.

"Tras una corrección razonable, es probable que el yuan siga sujeto a una volatilidad bidireccional, convergiendo gradualmente hacia un rango razonable a largo plazo", afirmó el periódico.

Según el Shanghai Securities News, este año el valor del yuan vendrá determinado principalmente por factores internos. El ritmo de las mejoras en los fundamentos económicos se convertiría en el centro de atención.

Los últimos indicadores económicos, incluida la actividad de las fábricas en diciembre, han sugerido que el aumento de las infecciones COVID-19 tras la eliminación de las restricciones sociales perturbó la producción en diciembre y lastró la demanda.

Muchos bancos de inversión, incluidos Nomura y JPMorgan, han rebajado sus estimaciones del producto interior bruto chino para el cuarto trimestre y para 2022.