La empresa que está detrás de esas marcas, KP Snacks, ha revelado que ha sufrido un ciberataque que podría afectar al suministro de los populares aperitivos. Dijo que tuvo conocimiento el pasado viernes de que había sido víctima de un ataque de ransomware, en el que los piratas informáticos acceden a una red y mantienen los datos como rehenes.

"Tan pronto como tuvimos conocimiento del incidente, pusimos en marcha nuestro plan de respuesta de ciberseguridad y contratamos a una empresa líder en tecnología de la información forense y a un asesor jurídico para que nos ayudaran en nuestra investigación", añadió la firma británica, muy conocida por sus patatas fritas, o chips, marcas que también incluyen McCoy's, Tyrrell's y POM-BEAR.

"Nuestros equipos informáticos internos siguen trabajando con expertos de terceros para evaluar la situación".

KP Snacks, propiedad de la alemana Intersnack, dijo que seguía manteniendo informados a su personal, clientes y proveedores de cualquier novedad y pidió disculpas por los trastornos causados.

Según el sitio web Better Retailing, que publicó por primera vez la noticia del ataque, KP Snacks ha advertido a los minoristas de los retrasos en las entregas.

Los aperitivos salados británicos han soportado últimamente una época tórrida; en noviembre, el país sufrió una escasez de patatas fritas después de que una actualización del sistema informático de Walkers, el mayor productor del país, interrumpiera el suministro. En diciembre, el mayorista de Spar, James Hall, fue víctima de un ciberataque que obligó a cerrar temporalmente cientos de tiendas.

Estos contratiempos han agravado los retrasos en las cadenas de suministro internacionales y la escasez de mano de obra en las redes nacionales de transporte y almacenamiento.