El presidente del Banco Mundial, David Malpass, advirtió el lunes a la gente y a las empresas que no deben acumular alimentos y gasolina a pesar del aumento de los precios provocado por la invasión rusa de Ucrania y las sanciones masivas impuestas a Moscú.

Malpass dijo en un evento virtual organizado por el periódico Washington Post que las sanciones tendrían un mayor impacto en la producción económica mundial que la propia guerra. Pero dijo que, basándose en las evaluaciones actuales, no prevé que la crisis acabe con la recuperación mundial y reduzca el PIB global.

Dijo que esperaba una respuesta contundente por parte de los productores de todo el mundo para aumentar los suministros según sea necesario, y que no veía la necesidad de que la gente tuviera reservas adicionales en sus cocinas o restaurantes.

Dijo que anticipa grandes aumentos en el suministro de energía fuera de Rusia y de alimentos fuera de Rusia y Ucrania que aliviarán el impacto de las subidas de precios provocadas por la guerra y ayudarán a mantener la recuperación.

Dijo que los suministros de energía pueden aumentar más rápidamente que los de alimentos, dado que los ajustes agrícolas suelen tardar alrededor de un año.

"Lo correcto en estas circunstancias actuales no es salir a comprar harina o gasolina extra, es reconocer que el mundo es una economía global dinámica y responderá. Habrá suficiente para todos".

Malpass también dijo que Rusia tenía que tomar decisiones difíciles sobre el servicio de su deuda en medio de las aplastantes sanciones occidentales que han inmovilizado sus activos en divisas. El Ministerio de Finanzas ruso dijo el lunes que estaba preparado para hacer dos pagos de bonos en rublos en lugar de dólares debido a las sanciones.

Las consecuencias de las sanciones "son de gran alcance, son severas para Rusia como nación y se extienden al pueblo ruso como resultado directo de la devaluación del rublo", dijo Malpass.

"Para muchos rusos, la devaluación que están sufriendo ahora les trae los recuerdos del sistema comunista", dijo, refiriéndose a una época en la que los productos de primera necesidad y los bienes de consumo eran escasos en la economía rusa. (Reportaje de David Lawder y Andrea Shalal en Washington Edición de Chris Reese y Matthew Lewis)