En medio de una crisis de la demanda por parte de los compradores rusos y de graves problemas logísticos como consecuencia de las sanciones occidentales impuestas a Moscú, las ventas de automóviles se desplomaron un 83,5% en mayo, según las cifras de la Asociación de Empresas Europeas (AEB).

"Me gustaría pedir al gobierno que nos explique con detalle qué medidas rápidas está tomando para apoyar a la industria automovilística y estabilizar el mercado interior", dijo Putin en una reunión con funcionarios del gobierno transmitida por la televisión estatal.

Putin también dijo que el gobierno debía examinar no sólo las cuestiones relativas a la producción, sino también la forma de estimular la demanda a pesar de las dificultades económicas a las que se enfrenta el país.

Según la agencia estadística rusa Rosstat, los precios de los coches se han disparado casi un 50% desde el comienzo del año, lo que ha disparado la demanda en un país en el que los ingresos de los hogares han disminuido mientras la inflación ha estado rondando los máximos de los últimos 20 años.

En las últimas semanas, una serie de funcionarios rusos han advertido sobre un posible desplome de la demanda en la economía que podría acentuar la crisis económica, que ya se espera que sea la peor en al menos dos décadas.

A pesar de una campaña de sustitución de importaciones de alto nivel, la industria automovilística rusa ha seguido dependiendo en gran medida de la inversión y el equipamiento extranjeros.

El fabricante de Lada, Avtovaz, el mayor fabricante de automóviles de Rusia, detuvo la producción durante más de dos meses alegando una escasez de piezas electrónicas.

El gigante automovilístico francés Renault llegó a un acuerdo en mayo para vender su participación mayoritaria en Avtovaz a un instituto científico ruso, al parecer por la simbólica suma de un solo rublo, con una opción de recompra de seis años.