Rusia está considerando unirse a China en la prohibición de las importaciones de marisco japonés después de que Japón vertiera en el mar agua radiactiva tratada procedente de la accidentada central nuclear de Fukushima y está buscando conversaciones con Japón sobre el asunto, dijo el martes un regulador ruso.

Japón comenzó a verter el agua de la central al océano el mes pasado, lo que provocó fuertes críticas por parte de China. Como represalia, China impuso una prohibición general a todas las importaciones acuáticas procedentes de Japón.

El organismo ruso de control de la seguridad alimentaria, Rosselkhoznadzor, declaró el martes que había discutido las exportaciones de alimentos japoneses con sus homólogos chinos. Rusia es uno de los mayores proveedores de productos marinos de China y está intentando aumentar su cuota de mercado.

"Teniendo en cuenta los posibles riesgos de contaminación por radiación de los productos, Rosselkhoznadzor está considerando la posibilidad de unirse a las restricciones chinas sobre el suministro de productos pesqueros procedentes de Japón", dijo Rosselkhoznadzor en un comunicado. "La decisión final se tomará tras las negociaciones con la parte japonesa".

En lo que va de año, Rusia ha importado 118 toneladas de marisco japonés, según el organismo regulador.

Rosselkhoznadzor dijo que había enviado una carta a Japón sobre la necesidad de mantener conversaciones y solicitando información sobre las pruebas radiológicas realizadas por Japón a los productos pesqueros exportados antes del 16 de octubre, incluido el tritio.

Japón afirma que el agua es segura tras haber sido tratada para eliminar la mayoría de los elementos radiactivos excepto el tritio, un radionucleido difícil de separar del agua. A continuación, se diluye hasta niveles aceptados internacionalmente antes de ser liberada.

Japón ha dicho que las críticas de Rusia y China no estaban respaldadas por pruebas científicas.

El lunes, en su último informe sobre los análisis del agua, el Ministerio de Medio Ambiente japonés afirmó que los resultados de los análisis del agua de mar, de la que se tomaron muestras el 19 de septiembre, mostraban que las concentraciones de tritio estaban por debajo del límite inferior de detección en los 11 puntos de muestreo y que no tendrían ningún impacto adverso sobre la salud humana y el medio ambiente.

Rusia tampoco ha detectado irregularidades en las muestras marinas utilizadas para las pruebas en las regiones rusas relativamente cercanas al lugar donde se vertió el agua tratada, según informó el martes la rama del Extremo Oriente de Rosselkhoznadzor, informa Interfax.

Rusia exportó el año pasado 2,3 millones de toneladas métricas de productos marinos por valor de unos 6.100 millones de dólares, aproximadamente la mitad de sus capturas totales, siendo China, Corea del Sur y Japón los mayores importadores, según la agencia rusa de pesca.