El G7 está estudiando la posibilidad de fijar un tope para el petróleo ruso transportado por vía marítima de entre 65 y 70 dólares por barril, aunque los gobiernos de la Unión Europea aún no han acordado un precio y las conversaciones van a continuar.

"Por ahora, mantenemos la posición del presidente (Vladímir) Putin de que no suministraremos petróleo y gas a los países que fijen (el tope) y se sumen a él", dijo el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, en su llamada diaria a los periodistas.

"Pero tenemos que analizarlo todo antes de formular nuestra posición".