En una orden emitida a última hora del viernes, el presidente Gotabaya Rajapaksa invocó las duras leyes que permiten a los militares arrestar y detener a los sospechosos sin orden judicial. El estado de emergencia era necesario para proteger el orden público y mantener los suministros y servicios esenciales, dijo en una proclamación.

Enfadados por la escasez de combustible y otros artículos de primera necesidad, cientos de manifestantes se enfrentaron el jueves a la policía y al ejército frente a la residencia de Rajapaksa mientras pedían su destitución e incendiaban varios vehículos de la policía y del ejército.

La policía detuvo a 53 personas y el viernes impuso el toque de queda en Colombo y sus alrededores para contener otras protestas esporádicas.

En reacción al estado de emergencia, la embajadora estadounidense en Sri Lanka, Julie Chung, declaró: "Los ciudadanos de Sri Lanka tienen derecho a protestar pacíficamente, algo esencial para la expresión democrática".

"Estoy observando la situación de cerca, y espero que los próximos días traigan la moderación de todas las partes, así como la tan necesaria estabilidad económica y el alivio para los que sufren", tuiteó.

La nación insular de 22 millones de habitantes está lidiando con apagones continuos de hasta 13 horas al día mientras el gobierno se esfuerza por conseguir divisas para pagar las importaciones de combustible.

Poniendo de relieve la grave escasez de divisas, un buque que transportaba 5.500 toneladas métricas de gas de cocina ha tenido que abandonar las aguas de Sri Lanka después de que Laugfs Gas, la empresa que lo encargó, no pudiera conseguir 4,9 millones de dólares de los bancos locales para pagarlo.

"La gente está luchando con una aguda escasez de gas de cocina, pero ¿cómo podemos ayudarles si no hay dólares? Estamos atascados", dijo a Reuters el presidente de Laugfs Gas, W. H. K. Wegapitiya.

La crisis actual, resultado de la mala gestión económica de los sucesivos gobiernos, se ha visto agravada por la pandemia del COVID-19, que ha afectado al turismo y a las remesas.

También ha marcado un brusco cambio de fortuna para Rajapaksa, que llegó al poder con una victoria mayoritaria en 2019 prometiendo estabilidad.

El gobierno ha dicho que está buscando un rescate del Fondo Monetario Internacional y también está pidiendo nuevos préstamos a India y China.

En la primera gran ayuda alimentaria al país desde que Colombo consiguió una línea de crédito de Nueva Delhi, los comerciantes indios han empezado a cargar 40.000 toneladas de arroz.