Una serie de datos debería arrojar luz sobre algunas de esas tendencias y tribulaciones, mientras que en Estados Unidos comienza la temporada de resultados.

A continuación, Kevin Buckland en Tokio, Lewis Krauskopf en Nueva York y Amanda Cooper, Naomi Rovnick y Karin Strohecker en Londres nos ofrecen un repaso a la semana que se avecina en los mercados.

1/ BENEFICIOS E INFLACIÓN

La semana que comienza nos ofrece una lectura crítica de dos temas clave para Wall Street en 2023: la salud de los beneficios empresariales y la inflación.

Las empresas estadounidenses comienzan a presentar sus resultados del cuarto trimestre y los inversores buscarán señales de una posible ralentización económica que se filtre a los resultados de las empresas.

Sólo el viernes se conocerán los resultados de los bancos Wells Fargo y Citigroup, del titán de la atención sanitaria UnitedHealth Group, del gestor de activos BlackRock y de Delta Air Lines.

Las estimaciones de consenso de los analistas prevén un descenso del 1,6% en los beneficios del cuarto trimestre del S&P 500 con respecto al periodo del año anterior, según Refinitiv IBES. Algunos consideran que las previsiones para 2023 siguen siendo demasiado optimistas dados los riesgos de recesión.

Mientras tanto, el jueves se publica el índice de precios al consumo estadounidense de diciembre. Cualquier indicio de que la inflación sigue cediendo no sólo reforzará la opinión de "tipos máximos", sino que podría alimentar los rumores de que los recortes de tipos podrían llegar este mismo año.

GRÁFICO: Recesión de beneficios en ciernes Recesión de beneficios en ciernes (https://www.reuters.com/graphics/GLOBAL-MARKETS/THEMES/egpbyyznavq/chart.png)

2/ ¿JUEGO DE LA GALLINA?

El martes, los inversores estarán muy atentos a las cifras de inflación de Tokio, el dato que dio la primera pista al mercado sobre un posible cambio de política del Banco de Japón (BOJ).

Los datos de Tokio -que se adelantan a las cifras nacionales, a menudo en varias semanas- alcanzaron un máximo de cuatro décadas en la anterior lectura del 25 de noviembre.

Menos de un mes después, el BOJ elevó el techo de tolerancia para el rendimiento de la deuda pública japonesa a 10 años, cogiendo desprevenidos a los agentes del mercado.

El yen se ha fortalecido hasta alcanzar máximos de siete meses por las crecientes expectativas de un nuevo giro de línea dura, aunque los funcionarios del BOJ mantienen que la medida fue puntual. Su próxima decisión política será el 18 de enero.

A continuación, el miércoles, se publicarán los datos de inflación de Australia, que podrían ser cruciales para una junta del Banco de la Reserva que se encuentra finamente equilibrada entre pausar las subidas de tipos o acelerarlas.

GRÁFICO: La presión inflacionista de Japón (https://www.reuters.com/graphics/GLOBAL-MARKETS/byvrllzqzve/chart.png)

3/ UN DESPERTAR DEL CRUDO

Los mercados del crudo están teniendo un comienzo rocoso, arrancando 2023 con una caída de casi dos dígitos en el peor comienzo de año en tres décadas. Las perspectivas distan mucho de ser seguras.

La preocupación por una recesión, especialmente en los dos principales consumidores del mundo, Estados Unidos y China, pesa mucho.

Pero los posibles problemas en la cadena de suministro podrían servir de apoyo. Asegurar buques para transportar crudo kazajo, una opción de sustitución del crudo ruso para los consumidores europeos, a través del Mar Negro podría resultar más caro y complicado. La exención para los envíos de crudo ruso sujetos a un tope de precios introducida a principios de diciembre expira el 19 de enero. Después de esa fecha, entrarán en vigor las sanciones para los envíos que incumplan la normativa.

Con la volatilidad del crudo disparada, 2023 podría ser cualquier cosa menos un camino de rosas tanto para los productores como para los consumidores.

GRÁFICO: Volatilidad de alto octanaje (https://www.reuters.com/graphics/GLOBAL-OIL/klpyggxgzpg/chart.png)

4/ PROBLEMAS Y CONFLICTOS (INDUSTRIALES)

Huelgas del transporte y del sector público, un mercado de la vivienda que se ablanda, una inflación al rojo vivo y unos consumidores demasiado temerosos para gastar. Ése es el telón de fondo de los datos de producción económica del Reino Unido de noviembre del viernes, que probablemente confirmen que se avecina una larga recesión.

Tras nueve subidas consecutivas de los tipos por parte del Banco de Inglaterra, y más por venir, las aprobaciones de hipotecas británicas se hundieron a su nivel más bajo en noviembre desde la caída del mercado inducida por el coronavirus en junio de 2020, según datos recientes.

Ante la presión de los precios y el encarecimiento de los préstamos, el primer ministro Rishi Sunak se ha comprometido a reducir la inflación a la mitad, hacer crecer la economía, reducir la deuda pública y recortar las listas de espera de los servicios sanitarios.

Aún así, el Deutsche Bank ve que la elevada inflación persistirá este año, que no habrá recortes de tipos hasta 2024 y que las políticas fiscales se volverán más austeras. Barclays prevé que la economía británica siga contrayéndose hasta finales del tercer trimestre de 2023.

GRÁFICO: La recesión en el Reino Unido sigue en el aire (https://www.reuters.com/graphics/BRITAIN-ECONOMY/jnpwyyqjzpw/chart.png)

5/ BROTES VERDES

Al menos en la zona euro, están surgiendo los primeros brotes verdes de esperanza económica.

La inflación está cayendo, gracias al descenso de los precios al por mayor del gas natural y la electricidad. Los tanques de almacenamiento de gas ostentan unos niveles de inventario saludables y las temperaturas son suaves, tras la despiadada ola de frío de principios de diciembre.

Los futuros del gas natural holandés, referencia para la región, han borrado todas las ganancias conseguidas tras la invasión rusa de Ucrania el pasado febrero.

Los descensos de los precios de mercado tardan en filtrarse en las facturas de los hogares, pero las señales son positivas para los consumidores y las empresas con problemas de liquidez. Los precios medios de los combustibles también han bajado mucho desde los máximos de mediados de 2022.

Puede que la recuperación económica aún esté lejos, pero la recesión prevista podría no ser tan grave como se esperaba: sin duda, habrá que seguir de cerca los precios del gas y los datos que se publiquen en los próximos días.

GRÁFICO: Las arcas del gas llenas (https://www.reuters.com/graphics/GLOBAL-MARKETS/THEMES/movakkexzva/chart.png)