TEL AVIV, 28 ene (Reuters) - Las tiendas han reabierto, hay picnics en los parques y los surfistas incluso han vuelto a la playa. Pero las cosas están lejos de ser normales en Tel Aviv.

Han pasado casi cuatro meses desde que Hamás arrasó el sur de Israel, provocando la devastadora guerra en la Franja de Gaza.

Los ataques con cohetes que paralizaron al comienzo de la guerra a Tel Aviv, en la costa mediterránea de Israel, al norte de Gaza, se han extinguido en gran medida a medida que el ejército de Israel logró avances en su lucha contra los grupos militantes palestinos. Ha regresado una apariencia de normalidad, pero la tensión es palpable.

Las esquinas de las calles están cubiertas de carteles de rehenes israelíes todavía retenidos en Gaza. Y casi todos los días, las familias de los cautivos y sus partidarios se reúnen para protestar, bloqueando el tráfico mientras expresan demandas por el regreso de sus seres queridos.

Después de semanas de relativa tranquilidad, el lunes se disparó una enorme andanada de cohetes contra las principales ciudades del centro de Israel, incluida Tel Aviv, lo que hizo que los residentes corrieran en busca de refugio.

Las explosiones resonaron por toda la ciudad cuando las defensas aéreas derribaron los cohetes entrantes. No hubo informes inmediatos de víctimas.

(Reporte de Alexandre Meneghini. Editado en español por Marion Giraldo)