Los mercados financieros intentan digerir las noticias relativamente malas sobre la inflación y ahora parecen centrarse en los beneficios empresariales. Hay que decir que la semana pasada no estuvo marcada por la publicación de ninguna estadística importante, ni mucho menos. Lo único destacable son las cifras de ventas minoristas en Estados Unidos, que resultaron mejores de lo esperado. Aunque en un primer momento la noticia tuvo una acogida favorable, los inversores prefirieron después ver el vaso medio vacío, admitiendo que la resistencia de la economía estadounidense alimentaba de facto la hipótesis de un mantenimiento de los tipos en niveles elevados durante más tiempo del previsto. A modo de recordatorio, a finales del año pasado la comunidad financiera esperaba entre seis y siete bajadas de tipos de aquí a 2024, con la primera relajación en marzo. El tiempo ha pasado y las expectativas se han reducido a dos bajadas de tipos, la primera de las cuales sólo podría tener lugar de aquí al verano, o incluso el próximo otoño.

A este respecto, en lugar de fijarse en los desvaríos a veces cambiantes de nuestros queridos banqueros centrales, a menudo es más útil remitirse a los movimientos del 2 años estadounidense para fijar el tipo de equilibrio. El gráfico siguiente muestra con bastante claridad por qué el mercado da consejos mucho mejores (visionarios, se podría decir) que cualquier comité.

Fuente: Bloomberg

Para una mejor visibilidad, las barras verticales corresponden al punto en el que los tipos cruzan su media móvil anual. En los últimos 25 años, el rendimiento de los tipos a 2 años en Estados Unidos ha tendido a subir y bajar antes que los fondos de la Fed. Cabe señalar que, actualmente, se acumula en sus máximos, y esperaremos pacientemente a que se rompa el nivel del 4% para confirmar el giro bajista del mercado. La Fed debería entonces seguir su ejemplo en los próximos meses.