"Con estas horribles atrocidades que la junta ha llevado a cabo, no puede haber negocio como siempre con este régimen".

La ejecución de cuatro activistas por la democracia - "Jimmy" Kyaw Min Yu, Phyo Zeya Thaw, Hla Myo Aung y Aung Thura Zaw - por parte de la junta militar de Myanmar ha recibido una amplia condena internacional.

Estados Unidos dijo el lunes (25 de julio) que todas las opciones estaban sobre la mesa mientras consideraba su respuesta.

Los cuatro hombres fueron condenados a muerte en juicios a puerta cerrada en enero y abril.

Se les acusó de llevar a cabo "actos terroristas" contra el ejército que tomó el poder en un golpe de estado el año pasado que desató una sangrienta represión contra sus opositores.

El periodista autoexiliado Aung Naing Soe afirma que la comunidad internacional debe actuar.

"Mucha gente está, cómo decirlo, frustrada con, frustrada en la acción de la comunidad internacional. Son sólo palabras, ya sabes, es como, oh vamos a hacer esto, nos preocupamos, hicimos aquello, bla, bla, bla, ya sabes. No hay nada en acción, ¿sabes? Si hubiera algo en acción, este tipo de ejecuciones no ocurrirían".

Chiara, de Amnistía Internacional, dijo que las ejecuciones constituían un "enorme retroceso" y pidió que se intensificaran los esfuerzos para poner en marcha mecanismos de rendición de cuentas.

"Hemos visto una y otra vez, a través de los acontecimientos y el espantoso historial de derechos humanos de las autoridades militares de Myanmar desde febrero de 2021, que cuanto más espacio se les deja, más tienden a escalar. Y la pena de muerte, con más de 100 sentencias de muerte impuestas por tribunales militares en procedimientos profundamente injustos, es un claro ejemplo de lo que son capaces de hacer y de que no van a detenerse ahí."

Tom Andrews es el relator especial de la ONU sobre la situación de los derechos humanos en Myanmar.

"Me temo que ahora se están abriendo aún más las compuertas y que habrá aún menos, menos contención por parte de la junta para continuar con sus ataques al pueblo de Myanmar y tratar de infundir miedo, aún más miedo, en la población".

Andrews afirma que, con 140 personas en el corredor de la muerte, las ejecuciones -las primeras de Myanmar en décadas- indican que la junta tiene la intención de cumplir esas sentencias.

Un portavoz de la junta defendió el mes pasado la pena de muerte, diciendo que estaba justificada y que se utilizaba en muchos países.