Sami Atabani dijo que esperaba que el gobierno canadiense considerara la posibilidad de evacuar a su hermana adoptiva, Kholoud Yagoob Abdallah, de 43 años, a pesar de que no posee la ciudadanía canadiense como el resto de sus familiares cercanos.

Abdallah vive con sus siete hijos en Omdurman, una de las tres ciudades que conforman la amplia capital de Sudán y que ha sido escenario de frecuentes combates entre el ejército y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (FPR).

Se alejó de los combates más intensos, pero sigue corriendo peligro.

"Estamos extremadamente preocupados por su seguridad. No puedo decirle lo angustiosa que es esta situación para nosotros como familia", declaró Atabani, añadiendo que habían luchado para tranquilizar a su madre de 91 años sobre la seguridad de Abdallah.

Atabani dice que sus padres no pudieron adoptar legalmente a Abdallah en parte debido a las complejas leyes de adopción de Sudán, convirtiéndose en su lugar en sus tutores legales.

Pero eso no le permite ser considerada familiar directo de ciudadanos canadienses y acogerse a las evacuaciones que Canadá y otros países han llevado a cabo de Sudán.

Las autoridades canadienses le dijeron que podía solicitar venir a Canadá como refugiada, pero seis de sus hijos carecen de pasaporte.

"No puede ir a un tercer país, no tiene pasaportes, es imposible que salga del país", dijo Atabani, que vive en Gran Bretaña.

Un portavoz de Inmigración, Refugiados y Ciudadanía de Canadá declaró que, aunque el IRCC no podía hacer comentarios sobre casos individuales, Canadá había tomado medidas para "ayudar a los nacionales sudaneses afectados por el conflicto".