La planta, dirigida por el Instituto Pasteur de Dakar, pretende ayudar a África a reducir su dependencia de las importaciones de vacunas, que actualmente representan el 99% de las necesidades del continente. Producirá vacunas contra el COVID-19, la fiebre amarilla y otras enfermedades endémicas.

El BEI y la Unión Europea ya habían donado 5 millones de euros en 2021 para los estudios de viabilidad y la preparación del proyecto de la planta.

El Instituto Pasteur espera que la instalación comience a producir vacunas antes de finales de año. A plena capacidad, debería producir hasta 300 millones de dosis de vacunas al año, dijo el BEI en un comunicado anunciando la nueva financiación.

La dependencia de África de la fabricación externa retrasó la puesta en marcha de las vacunas COVID el año pasado. Desde entonces, las dosis han entrado en vigor, pero las tasas de inoculación siguen siendo bajas en muchos países debido a los problemas logísticos y a las dudas sobre las vacunas.

"Es esencial crear una capacidad de fabricación de vacunas descentralizada para solucionar este desequilibrio y, en última instancia, construir un mundo más seguro y saludable", afirmó Amadou Alpha Sall, director del Instituto Pasteur en Senegal.

El instituto de la capital, Dakar, está dirigido conjuntamente por el gobierno senegalés y el Instituto Pasteur, con sede en París.

"Desde el comienzo de la pandemia de coronavirus, hemos mantenido que nadie está a salvo hasta que todo el mundo esté a salvo", dijo Irene Mingasson, jefa de la delegación de la UE en Senegal.

Durante la pandemia ha habido varias iniciativas para impulsar la fabricación de vacunas en África, pero algunas han tenido dificultades.

La empresa sudafricana Aspen Pharmacare dijo el mes pasado que podría reducir su capacidad de envasar y vender la vacuna COVID, fabricada por Johnson & Johnson, tras no recibir pedidos.

(1 dólar = 0,9348 euros)