ALASKA AIR GROUP, INC. 
El comunicado de prensa de la aerolínea, sin embargo, no dio detalles sobre el impacto financiero de la inmovilización en tierra durante más de dos semanas del avión 737 MAX 9 de Boeing después de que un panel de la cabina se desprendiera durante un vuelo el 5 de enero, dejando un agujero de forma rectangular en un avión lleno de pasajeros y obligando a un aterrizaje de emergencia.
La Administración Federal de Aviación levantó la inmovilización el miércoles, pero el regulador de la aviación estadounidense también prohibió a Boeing ampliar la producción de sus aviones 737 MAX de fuselaje estrecho más vendidos, lo que se espera que tenga amplios efectos en todo el sector.
Los ejecutivos de Alaska tienen previsto dirigirse a los inversores y analistas a lo largo del día. La aerolínea hizo pedidos de 42 aviones 737-10 y 10 737-9 en 2022, como parte de un plan para dejar de fabricar aviones Airbus a finales de 2023.
Alaska y United Airlines suman el 70% de la flota MAX 9 de Boeing y se habían visto obligadas a cancelar miles de vuelos tras el incidente.
Alaska dijo que espera volver a poner en servicio los primeros aviones el viernes y que descubrió y corrigió inmediatamente un hallazgo menor en un avión 737-900ER tras una inspección recomendada por la FAA como parte de su escrutinio de Boeing.
Las inmovilizaciones en tierra no tuvieron impacto en los resultados de la compañía en el trimestre octubre-diciembre, durante el cual sus ingresos aumentaron casi un 3%, hasta 2.550 millones de dólares, debido a la fuerte demanda de viajes.
Sin embargo, un aumento de los costes laborales y relacionados con el combustible llevó a Alaska a una pérdida de 2 millones de dólares, o 2 céntimos por acción, en el trimestre, frente al beneficio de 22 millones de dólares, o 17 céntimos por acción, de hace un año. (Reportaje de Mehr Bedi y Abhijith Ganapavaram en Bengaluru; Edición de Pooja Desai)
