El gasto de los hogares japoneses cayó inesperadamente en mayo debido a que la subida de los precios siguió mermando el poder adquisitivo de los consumidores, según mostraron los datos el viernes, lo que complica la decisión del banco central sobre cuándo subir los tipos de interés.

Muchos analistas esperan que el consumo repunte en los próximos meses a medida que lleguen a los hogares las grandes subidas salariales ofrecidas por las empresas y una desgravación fiscal destinada a amortiguar el golpe del encarecimiento de la vida.

Pero la suave lectura subraya la fragilidad del consumo y arroja dudas sobre la opinión del Banco de Japón de que una sólida recuperación económica mantendrá la inflación de forma duradera en torno a su objetivo del 2%, un requisito previo para subir los tipos de interés.

"El BOJ ha estado diciendo todo el tiempo que el consumo es firme. Los datos de hoy podrían obligar al banco a modificar esa opinión y dificultar la justificación de una subida de tipos en julio", afirmó Masato Koike, economista jefe del Sompo Institute Plus.

El gasto de los consumidores cayó un 1,8% en mayo respecto al año anterior, muy por debajo de la previsión media del mercado de un repunte del 0,1%, ya que el aumento de los precios de los alimentos lastró el gasto en otros artículos, según mostraron los datos.

La demanda de viajes organizados al extranjero también cayó debido a la debilidad del yen, que encarece los viajes al extranjero. El gasto cayó un 0,3% en mayo sobre una base intermensual desestacionalizada.

Un índice independiente elaborado por el Banco de Japón el viernes, que elimina el impacto del turismo entrante, también mostró que el consumo se mantuvo estable en mayo respecto al mes anterior, ralentizándose desde el aumento del 1,0% registrado en abril.

El índice del BOJ se basa en los datos de los proveedores de bienes y servicios. Es seguido de cerca por el banco central como un indicador más exhaustivo del consumo que los datos del gobierno sobre el gasto de los hogares, que se basan en encuestas rellenadas por un grupo seleccionado de hogares.

La suave lectura se produce tras una inesperada revisión a la baja del producto interior bruto (PIB) japonés del primer trimestre y una serie de encuestas que muestran un empeoramiento de la confianza de los consumidores.

La atonía del consumo privado es motivo de preocupación para los responsables políticos que se esfuerzan por lograr un crecimiento económico sostenido apuntalado por unos salarios sólidos y una inflación duradera, requisitos indispensables para normalizar la política monetaria.

El gobernador del Banco de Japón, Kazuo Ueda, ha declarado que espera que el consumo se recupere a medida que las grandes subidas salariales ofrecidas por muchas empresas, y los subsidios gubernamentales para frenar las facturas de electricidad, apuntalen los ingresos de los hogares.

Las empresas japonesas ofrecieron subir los salarios un 5,1% de media este año, la mayor subida en 33 años y superior a la inflación que ahora ronda el 2%, según mostró el miércoles una encuesta sindical.

Muchos analistas esperan que el Banco de Japón se abstenga de subir los tipos este mes a la espera de más pruebas de que las subidas salariales se extenderán a las empresas más pequeñas e impulsarán el consumo.

Pero algunos sospechan que el aumento de la inflación, impulsado en parte por un yen débil que eleva los costes de importación, puede incitar al BOJ a actuar.

"Es probable que el BOJ se mantenga firme en su opinión de que la debilidad del consumo será temporal", afirmó Mari Iwashita, economista jefe de mercado de Daiwa Securities.

"Podría incluso decidir subir los tipos en julio si considera que el aumento de la inflación es el factor clave que perjudica al consumo, y siente la necesidad de prevenir el riesgo de nuevas subidas de precios".

El Banco de Japón celebrará su próxima reunión de política monetaria los días 30 y 31 de julio, en la que también elaborará nuevas previsiones trimestrales de crecimiento y precios que servirán de base para decidir la futura política monetaria.

La economía japonesa se contrajo más de lo inicialmente comunicado en el trimestre enero-marzo en una rara revisión no programada de los datos del PIB. Pero muchos economistas esperan que el crecimiento repunte este trimestre gracias al aumento de los salarios y a la solidez de los gastos de capital.