El comentario se produjo cuando Alemania puso en marcha el miércoles un plan de emergencia para gestionar el suministro de gas que podría hacer que la mayor economía de Europa racione la energía si el enfrentamiento por la exigencia rusa de pagar el combustible con rublos interrumpe o detiene el suministro.

La compañía dijo que la escasez de gas tendría un doble impacto en la producción química: no habría suficiente energía para el proceso de producción y la falta de una materia prima crítica para la fabricación de productos.

No hay sustituto para el gas como materia prima o como fuente de energía, dijo.

En Europa, BASF utiliza alrededor del 60% del gas que compra para generar la energía necesaria en la producción y el 40% restante como materia prima para producir importantes productos químicos básicos y, en las cadenas de valor basadas en ellos, un gran número de productos para casi todos los sectores industriales.