KASSEL (dpa-AFX) - Tras una pérdida de mil millones de dólares por el cese de sus actividades en Rusia, el grupo de petróleo y gas Wintershall Dea está reorientando su negocio. La atención se centrará en un crecimiento moderado en la exploración y producción de petróleo y gas natural, así como en la expansión del negocio de la gestión del carbono y el hidrógeno, dijo el jueves en Kassel Mario Mehren, presidente del consejo de administración de la participación mayoritaria de BASF. 2022 ha sido un año extremadamente difícil, dijo. Pero la empresa se mantiene fuerte y estable. Países como México, Argelia, Noruega y Argentina se perfilan como mercados de crecimiento.

La retirada de Rusia fue una decisión dura pero acertada, aunque no pudiera aplicarse de la noche a la mañana. Sin embargo, no hay vuelta atrás porque no hay esperanzas de que la situación mejore. Mehren dijo que seguía conmocionado por la guerra de agresión rusa y sus efectos sobre la población de Ucrania.

Aparte de las consecuencias de la paralización del negocio ruso, la empresa se benefició del aumento de los precios del petróleo y del gas el año pasado. Los beneficios antes de intereses, impuestos, depreciaciones y costes de exploración (Ebitdax) 2022 aumentaron hasta unos buenos 5.900 millones de euros, tras los cerca de 3.100 millones del año anterior.

El resultado final fue una pérdida atribuible a los accionistas de 4.850 millones de euros debido a depreciaciones y amortizaciones multimillonarias. Esto incluía deterioros no monetarios de casi siete mil millones de euros, principalmente amortizaciones en el negocio de Rusia. Aún así, la empresa obtuvo en 2021 un beneficio atribuible a los accionistas de 553 millones de euros.

Además, el grupo también realizó ajustes de valor en el negocio europeo de transporte de gas de la empresa y amortizó completamente su participación en la compañía de gasoductos Nord Stream AG. Ajustado a efectos especiales como la amortización, el resultado neto excluyendo el negocio ruso aumentó de 403 millones de euros a 928 millones de euros gracias al fuerte aumento de los precios del petróleo y del gas.

Wintershall Dea surgió en 2019 de la fusión de Wintershall Holding y Dea. La empresa, con sede en Kassel y Hamburgo, emplea a algo menos de 2.500 personas en todo el mundo. BASF posee un buen 70%, el resto pertenece a LetterOne, una sociedad de inversión en la que el oligarca ruso Mikhail Fridman ha agrupado sus acciones de Dea./mne/jha/DP/jha