Los gasoductos Nord Stream 1 y Nord Stream 2, que constan de dos tuberías cada uno, fueron construidos por la empresa rusa Gazprom, controlada por el Estado, para bombear 110.000 millones de metros cúbicos (bcm) de gas natural al año a Alemania por debajo del mar Báltico.

Tres de las tuberías se rompieron por explosiones inexplicables en septiembre, y una de las tuberías del Nord Stream 2 permanece intacta.

Pero las crecientes tensiones entre Moscú y Occidente por la invasión rusa de Ucrania ya habían paralizado para entonces el Nord Stream 1 e impedido que su gemelo, criticado por Washington y Kiev por aumentar la dependencia alemana de Rusia, llegara a entrar en funcionamiento.

Gazprom ha dicho que es técnicamente posible reparar las líneas rotas, pero dos fuentes familiarizadas con los planes dijeron que Moscú veía pocas perspectivas de que las relaciones con Occidente mejoraran lo suficiente en un futuro previsible como para que los gasoductos fueran necesarios.

Europa ha recortado drásticamente sus importaciones energéticas de Rusia durante el último año, mientras que las exportaciones de la empresa estatal Gazprom fuera de la antigua Unión Soviética se redujeron casi a la mitad en 2022 hasta alcanzar un mínimo postsoviético de 101 bcm.

Una fuente rusa dijo que Rusia veía el proyecto como "enterrado". Otras dos dijeron que, aunque no había ningún plan para reparar las tuberías rotas, al menos se conservarían para su posible reactivación en el futuro.

Otra fuente familiarizada con los planes confirmó que las partes interesadas están considerando la conservación.

Esto significaría muy probablemente sellar los extremos rotos y poner un revestimiento en las tuberías para evitar una mayor corrosión por el agua de mar.

Una de las fuentes rusas afirmó que, si el gas natural licuado (GNL) marítimo procedente de Estados Unidos que Europa está utilizando para compensar parte de sus suministros rusos se volviera mucho más caro, Europa podría volver a estar dispuesta a comprar más a Rusia.

El Ministerio de Energía de Moscú remitió las preguntas a los operadores de los gasoductos, pero ni ellos ni Gazprom respondieron a las peticiones de comentarios.

Engie, Gasunie y Wintershall DEA -partícipes de Nord Stream AG, el operador de Nord Stream 1- declinaron hacer comentarios.

Un portavoz de la alemana E.ON, que también posee una participación en Nord Stream AG, dijo: "Que sepamos, como accionista minoritario, no se ha tomado ninguna decisión, ni a favor ni en contra de restablecer la línea".

¿QUIÉN VOLÓ LOS OLEODUCTOS?

Moscú ha mantenido, sin aportar pruebas, que Occidente estuvo detrás de las explosiones. El mes pasado, la Casa Blanca tachó de "completa ficción" un artículo publicado en un blog por el periodista de investigación estadounidense Seymour Hersh en el que se afirmaba que Washington era el responsable.

Las investigaciones de Dinamarca, Alemania y Suecia aún no han concluido.

De todas formas, el Nord Stream 1 llevaba parado desde finales de agosto, cuando se cerró para realizar tareas de mantenimiento, pero nunca se volvió a poner en marcha mientras Rusia y Occidente discutían sobre el mantenimiento de una turbina de bombeo en medio de las sanciones occidentales.

El Nord Stream 2, de dimensiones similares, se había completado en septiembre de 2021, mientras crecían las tensiones con Rusia, y se encontró con problemas cuando los reguladores alemanes se negaron a certificarlo. Berlín congeló entonces el proyecto días antes de que Moscú enviara sus fuerzas armadas a Ucrania el 24 de febrero del año pasado.

El presidente ruso, Vladimir Putin, ha propuesto utilizar el enlace no dañado del Nord Stream 2 para bombear gas, pero Alemania, deseosa ahora de poner fin a su dependencia de Rusia, rechazó la idea. Polonia también ha dejado de comprar gas ruso.

En la actualidad, Rusia sólo exporta a Europa unos 40 millones de metros cúbicos diarios de gas por gasoducto, a través de Sudzha, en la frontera entre Ucrania y Eslovaquia.

El ministro de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, declaró el viernes que Moscú, que espera crear un centro de gas en Turquía para sustituir la ruta del Báltico, ya no dependería de Occidente como socio energético.