Richemont anunció el lunes unas ventas inferiores a las previstas en el periodo abril-junio, el primer trimestre de su ejercicio fiscal hasta la fecha, a pesar de la fuerte demanda de sus joyas de gama alta. El grupo suizo de lujo, propietario de Cartier, registró un aumento de las ventas del 14% en el trimestre, hasta 5.322 millones de euros. El crecimiento orgánico, siempre vigilado de cerca por los analistas, alcanzó el 19%, frente a la expectativa media del 20%.

Ralentización en EE.UU.

Por tanto, las cifras del grupo con sede en Ginebra no alcanzaron el consenso. "Como se esperaba, la fuerte recuperación del mercado asiático se vio parcialmente contrarrestada por la ralentización del estadounidense", señala el analista Jie Zhang, que ha seguido el caso en AlphaValue. "Aunque la mayor contracción de las ventas en EE.UU. y un crecimiento más débil de lo esperado en Europa decepcionarán al mercado, creemos que la aceleración del crecimiento de las ventas minoristas, sobre todo en el sector de la relojería, podría ayudar a impulsar los márgenes en el próximo año", añade. Luca Solca, su homólogo en Bernstein, también señala que el crecimiento orgánico se queda un poco corto.

Las acciones se estancan tras las cifras
La cotización cae tras las cifras - Fuente: MarketScreener

Fuerte penalización

Generosamente valorada, Richemont no tiene margen de error. El valor se desplomó un 8% durante la sesión, arrastrando consigo a LVMH (-3,3%) y Hermès (-3,8%). La penalización es tanto más pronunciada cuanto que la empresa suiza ha sido últimamente una apuesta bastante consensuada en el sector europeo del lujo, tras unos resultados financieros mejores de lo esperado a principios de 2023.