El gobierno del canciller Olaf Scholz ordenó el año pasado un replanteamiento de la forma en que Alemania interactúa con China, su mayor socio comercial pero también visto por Berlín como un competidor cada vez más asertivo y un rival estratégico.

En una reunión de las ricas naciones del Grupo de los Siete (G7) celebrada en Japón el pasado fin de semana, Scholz afirmó que las grandes inversiones seguirían fluyendo hacia China, incluso cuando los gobiernos trataran de recortar su arriesgada exposición a la segunda economía mundial.

Pero Alemania sólo publicará su estrategia para China una vez que la coalición de Scholz haya desvelado una revisión más amplia de la seguridad nacional encargada tras la guerra de Ucrania y que, según las fuentes, aún se está ultimando.

Los puntos conflictivos de la estrategia de seguridad más amplia incluyen cuestiones sobre la exportación de armas y sobre si Alemania debe lanzar contraataques cibernéticos contra entidades después de que sus instituciones sean pirateadas, dijeron las fuentes.

Se espera que se presente ante el gabinete el 14 de junio. "No podemos tener una estrategia sobre China sólo seis días después", dijo una de las fuentes.

La coalición de Scholz también está limando asperezas sobre la revisión de China. Los ministerios de Asuntos Exteriores y Economía, dirigidos por el socio menor, Los Verdes, son partidarios de unas relaciones económicas más restrictivas.

El ministro de Economía, Robert Habeck, se ha pronunciado a favor de controlar las inversiones de las empresas alemanas que hacen negocios en China para proteger el flujo de tecnología y conocimientos técnicos sensibles.

Mientras tanto, Scholz quiere sacar adelante una inversión de la naviera estatal china Cosco en una terminal de contenedores en Hamburgo, considerada un activo estratégico.

Preguntado por los retrasos, el líder del principal partido de la oposición CDU, Friedrich Merz, dijo que dañaban la reputación de Alemania y afirmó que el viaje de Scholz a Pekín el año pasado -el primero de un líder del G7 desde la pandemia- había sido prematuro.

"Si las consultas del gobierno germano-chino tienen lugar sin un concepto coordinado, el gobierno cometerá el mismo error", dijo. "Se tropieza en una consulta gubernamental sin una estrategia coordinada dentro de sus propias filas".