Los valores tecnológicos de alto vuelo, los preferidos de la pandemia, son los contadores más rechazados en las primeras semanas de 2022, ya que los inversores consideran que el principal riesgo para los mercados es una oleada de subidas de tipos por parte de los bancos centrales, según indicaron el martes las encuestas a los inversores.

Una encuesta de BofA realizada del 7 al 13 de enero entre inversores con activos combinados bajo gestión de más de 1,2 billones de dólares mostró que los gestores de fondos habían recortado sus posiciones sobreponderadas a sus niveles más bajos desde diciembre de 2008.

Una encuesta mensual separada realizada por Deutsche Bank mostró que una abrumadora mayoría de los encuestados creía que las acciones tecnológicas estadounidenses se encontraban en territorio de burbuja, ya que los inversores seguían siendo más bajistas por las medidas de política de halcón y los mayores rendimientos.

"La inflación, más alta de lo esperado, siguió siendo el motor predominante de esos temores bajistas, pero su contraparte, una Fed más agresiva, atrajo mucha más preocupación de los encuestados este mes", dijeron los estrategas de Deutsche Bank en una nota mensual.

En respuesta a las probables subidas de tipos de los bancos centrales este año, los inversores han incrementado sus posiciones en renta variable, especialmente en Europa, los bancos cíclicos, las materias primas y los productos industriales, sectores que se consideran beneficiados por la subida de los tipos.

El cambio de posición ha sido extremo en comparación con las medias históricas. Los inversores han aumentado las apuestas alcistas en bancos, materias primas y materiales, y han recortado posiciones en tecnología, mercados emergentes y bonos.

Los inversores se han vuelto más alcistas en las acciones europeas desde una perspectiva de comercio de reapertura global y quieren aumentar su exposición también en los próximos 12 meses, según la encuesta de BoFA.

Las tres operaciones más concurridas fueron las acciones tecnológicas largas, los bonos del Tesoro estadounidense cortos y las acciones chinas cortas, según el banco de inversión estadounidense.