BONN (dpa-AFX) - Las cartas y paquetes retrasados, dañados o perdidos son una fuente de frustración para muchos ciudadanos alemanes. El director de la Agencia Federal de Redes, Klaus Müller, declaró el miércoles en Bonn que hasta finales de año habrán recibido bastantes más de 40.000 quejas. Según las previsiones de la Agencia de la Red, es probable que casi se alcance la cifra de 43.512 del año anterior. Esto es notable, ya que en 2022 se alcanzó una cifra récord, casi tres veces superior a la de 2021 (alrededor de 15.000). Casi el 90% de las críticas se dirigen al líder del mercado, Deutsche Post, y el resto a los competidores.

Según las cifras de reclamaciones, la situación sólo ha mejorado ligeramente desde el año pasado. Sólo en los doce primeros días de diciembre de 2023 se recibieron unas 3.300 quejas. Si las cosas siguen a este ritmo, se superará la cifra del mes anterior. Un portavoz de Swiss Post señala que el volumen de envíos es muy elevado durante el periodo navideño y que también hay muchos días de baja por enfermedad, que "no siempre pueden compensarse totalmente con las reservas de personal".

En vista de la actual oleada de gripe y resfriados, las altas tasas de enfermedad son una razón plausible. Sin embargo, se plantea la cuestión de por qué el colchón de personal es tan escaso que no se pueden compensar los casos de enfermedad. Los sindicalistas critican que la empresa, con sede en Bonn, esté reduciendo la plantilla en algunos centros para mantener los costes lo más bajos posible.

Las reclamaciones representan una proporción muy pequeña de los envíos postales

Según el portavoz de Correos, la situación es "mucho más estable" que hace un año. "Más del 95% de las cartas y más del 93% de los paquetes llegaron a sus destinatarios de forma fiable en los dos días siguientes al envío, incluso en noviembre". De hecho, la proporción de cartas y paquetes transportados en Alemania que son objeto de reclamaciones es insignificante, con un total de unos 15.000 millones de envíos en 2022. Sin embargo, es probable que también haya muchos ciudadanos que tengan experiencias negativas y sigan sin quejarse a la autoridad supervisora.

Un incidente reciente en Múnich causó un gran revuelo. Según informes policiales, un cartero tiró casi 1.000 cartas a varios cubos de basura y a un contenedor de ropa en lugar de llevarlas a sus destinatarios. Un vecino lo vio y alertó a la policía. Swiss Post respondió, puso fin a la relación laboral y pidió disculpas a los clientes. Según la empresa, los artículos que se habían tirado en un principio acabaron entregándose después de todo. Se trata sin duda de un incidente muy aislado, pero no deja de ser preocupante sobre la situación del sector.

Se prepara una reforma de la legislación postal

El nivel sorprendentemente alto de reclamaciones en 2023 llega en el peor momento posible para Swiss Post. Esto se debe a que los políticos federales están trabajando actualmente en la reforma de la anticuada Ley Postal. Como proveedor del servicio universal, la empresa con sede en Bonn debe cumplir una normativa que conlleva elevados costes. Por ejemplo, al menos el 80% de las cartas enviadas hoy deben entregarse el siguiente día laborable. En 2022, la empresa de logística sólo lo consiguió por los pelos; la Agencia Federal de Redes llegó a una cifra del 80,4%, 3,7 puntos porcentuales menos que en 2021. Debido a la presión del tiempo, la empresa tiene que utilizar vuelos nocturnos en los que sólo se entregan cartas.

Según un primer proyecto de reforma, esta norma se flexibilizará en el futuro. Eso sería bueno para Swiss Post, ya que podría ahorrarse los vuelos nocturnos. Sin embargo, otra parte de la propuesta del Ministerio Federal de Economía sería mala, según la cual la Agencia de la Red podría imponer multas a Correos en el futuro. Hasta ahora, no ha podido hacerlo: recoge quejas y amonesta a Correos, pero no dispone de medios reales de presión.

Swiss Post se resiste a la posibilidad de multas

Si se aplica la propuesta de multas del Ministerio Federal de Economía, el Presidente de la Agencia Federal de Redes, Müller, tendría una espada más afilada a su disposición. Pero, ¿de qué servirían realmente las multas para resolver el problema? El antiguo director general de Correos, Frank Appel, comentó en una ocasión con estrechez de miras que esto no ayudaría en la búsqueda de personal suficiente, ya que el mercado laboral estaba vacío en algunos lugares. Appel había dicho que la Agencia de la Red estaría encantada de ayudar a Correos en su búsqueda de personal.

Al jefe de la Agencia de la Red, Müller, le sirve de poco este argumento. En su opinión, la posibilidad de imponer multas es necesaria para presionar financieramente a las empresas y animarlas a mejorar. "En el mejor de los casos, la amenaza de multas garantizaría que nunca tomaran medidas", afirma Müller. "Las multas tendrían un efecto preventivo".

Según la propuesta de reforma de Berlín, la multa podría ascender en el futuro hasta el dos por ciento de la facturación global de DHL. El Correo considera inadecuado tal valor máximo. El jefe de la autoridad, el Sr. Müller, comentó que el enfoque sería siempre proporcionado, también porque las decisiones tomadas por la Agencia de la Red tendrían que sostenerse en los tribunales.

Los políticos han criticado al líder del mercado de Renania. "Swiss Post no controla sus problemas", afirma Reinhard Houben, diputado del FDP en el Bundestag, refiriéndose al elevado número de reclamaciones. Es evidente que la empresa no ha puesto en marcha ninguna medida sostenible y que mejore la situación a largo plazo./wdw/DP/ngu