La tasa pretende redistribuir los beneficios de la energía de los productores que se han beneficiado de los altos precios del gas. Sustituye a un plan anterior de impuesto sobre los beneficios extraordinarios. [NG/UE][EL/DE]

El Ministerio de Finanzas, dirigido por los Demócratas Libres (FDP), un partido pro-empresarial del gobierno de coalición que quiere reducir los impuestos, ha exigido que el nuevo gravamen no sea calificado como un impuesto.

A continuación se detalla lo que sabemos sobre el gravamen, según un documento acordado por el gabinete y visto por Reuters:

¿CÓMO FUNCIONARÁ EL NUEVO IMPUESTO?

Según el documento, el gobierno quiere repartir los beneficios extraordinarios "involuntarios" cosechados por los generadores que producen electricidad a partir de las energías renovables, las centrales de carbón y las centrales nucleares, que se han beneficiado de la venta de electricidad a precios más altos sin tener que pagar el aumento de los costes del gas.

Los volúmenes de producción se limitarían a "un rendimiento máximo" y el resto se devolvería con la nueva tasa. Sin embargo, el documento no indica a partir de qué umbral de precios de la electricidad entraría en vigor el gravamen ni dice con precisión cómo se obtendría el beneficio extra.

Entre las empresas que producen energía a partir de combustibles fósiles y renovables que podrían verse afectadas por la tasa se encuentran RWE, Uniper y EnBW.

¿CUÁNTO SE RECAUDARÁ Y CÓMO SE UTILIZARÁ?

El documento gubernamental dice que el gravamen recaudará ingresos por valor de dos dígitos de miles de millones de euros.

Los fondos se destinarían a garantizar que todos los hogares reciban un "suministro base" de energía a precios relativamente bajos y también se utilizarían para ayudar a reducir los costes asociados a la transmisión que forman parte de la factura energética del consumidor, según el documento.

Un tope similar para toda la UE podría negociarse en una reunión de ministros europeos de energía el 9 de septiembre.

(1 dólar = 1,0084 euros)