La compra forma parte de una ronda de financiación de 178 millones de euros (215 millones de dólares) anunciada el lunes, que ha valorado a Vestiaire Collective en más de 1.000 millones de dólares, según las empresas.

La firma de inversión estadounidense Tiger Global Management también invirtió en la plataforma, mientras que los accionistas existentes, entre ellos el editor de Vogue Conde Nast y la firma francesa de capital privado Eurazeo, aportaron más dinero.

El mercado de la moda de segunda mano ha experimentado un rápido crecimiento en los últimos tres años, con una mayor aceleración durante la pandemia del coronavirus, gracias a la mayor atención de los compradores más jóvenes a la sostenibilidad y también a los consumidores que se quedan en casa y buscan buenas ofertas en ropa de segunda mano.

"Se está produciendo un cambio real que va a marcar el futuro de la industria de la moda, y como líder del sector queremos dar forma a esa tendencia", declaró a la prensa el jefe digital de Kering, Gregory Boutte.

Se prevé que la proporción de piezas de segunda mano en los armarios crezca del 21% en 2021 al 27% en 2023, y se estima que el valor del sector superará los 60.000 millones de dólares en 2025, dijeron las empresas en un comunicado. Vestiaire Collective, con sede en París, dijo que su volumen de transacciones se duplicó en 2020.

Los grupos de lujo han recelado tradicionalmente de los vendedores de segunda mano, que debilitan su control sobre la distribución y los precios de sus marcas y, según los críticos, pueden contribuir a la difusión de productos falsificados. Pero esto está cambiando, y la marca estrella de Kering, Gucci, anunció el año pasado una asociación con la plataforma de reventa estadounidense The RealReal.

(1 dólar = 0,8294 euros)