La Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en Carretera dijo que los propietarios de esos vehículos no deberían conducirlos hasta que sean reparados, advirtiendo de que "el riesgo para los ocupantes del vehículo es grave".

Más de 30 muertes en todo el mundo -incluidas al menos 23 víctimas mortales en EE.UU.- y cientos de heridos en vehículos de diversos fabricantes de automóviles desde 2009 están relacionados con los infladores de bolsas de aire Takata, que pueden explotar, liberando metralla metálica potencialmente mortal en el interior de los vehículos.