El reciclador de baterías Li-Cycle planea despedir al 17% de su plantilla -incluidos tres altos ejecutivos- mientras recorta sus ambiciosos planes de crecimiento mundial con el fin de ahorrar efectivo y centrarse en la construcción de unas instalaciones de procesamiento cruciales en Nueva York.

Los recortes, anunciados el martes, son un reconocimiento tácito por parte de la empresa con sede en Toronto de que su rápido crecimiento de los últimos años -con instalaciones anunciadas en toda Norteamérica, Europa y Asia- era insostenible dados los elevados costes y los retos técnicos asociados a la construcción de lo que es esencialmente un nuevo mercado mundial para el reciclaje de baterías de vehículos eléctricos.

En total, 60 empleados perderán su empleo. La empresa seguía informando al personal afectado sobre los recortes el martes por la tarde.

Li-Cycle, que tiene previsto registrar un cargo por despido de 8,3 millones de dólares este trimestre, contará con unos 200 empleados tras los recortes.

Aunque Li-Cycle registró en 2023 los mayores ingresos trimestrales de su historia, la empresa ha tenido problemas con los sobrecostes de construcción en su planta de procesamiento de baterías de Rochester (Nueva York). El Departamento de Energía de EE.UU. dijo el año pasado que prestaría condicionalmente a la empresa 375 millones de dólares para esa instalación, pero las estimaciones de costes casi se han duplicado hasta los 960 millones de dólares.

Ese enorme sobrecoste -junto con las complejidades técnicas de la tecnología de reciclado que la empresa planeaba utilizar- habían machacado las acciones de Li-Cycle y la habían obligado a buscar una inyección de liquidez de Glencore. El gigante minero anunció a principios de este mes un préstamo convertible de 75 millones de dólares que, de ejercerse, le convertiría en el mayor accionista de la empresa cotizada en Nueva York.

Las instalaciones de Rochester son fundamentales para el modelo "hub-and-spoke" de la empresa, en el que múltiples instalaciones de recogida y procesamiento trituran las baterías en la llamada masa negra, que luego se separará en las instalaciones en litio y otros metales una vez que esté operativa.

Li-Cycle había hablado de construir centros similares en Europa, pero esos planes están en suspenso hasta que pueda demostrar que el modelo funciona en Norteamérica.

"Tenemos que conseguir que el centro de Rochester esté operativo", declaró a Reuters Ajay Kochhar, cofundador y consejero delegado de Li-Cycle.

Como parte de los despidos, el cofundador y presidente ejecutivo de Li-Cycle, Tim Johnston, renunciará a su puesto directivo, aunque permanecerá en el consejo de la empresa. Johnston y Kochhar habían dirigido esencialmente la empresa juntos, aunque con la reorganización Johnston dará un paso atrás.

El ejecutivo encargado de las operaciones internacionales de la empresa se marchará, al igual que el jefe de finanzas de la empresa.

Li-Cycle es una de varias empresas, incluida la privada Redwood Materials, que aspiran a crecer en el negocio del reciclaje.

Las mineras también han mostrado interés por el sector a medida que los consumidores y los reguladores abogan cada vez más por la economía circular en la que los materiales y minerales se reutilizan en un bucle de fabricación continuo. (Reportaje de Ernest Scheyder Edición de Tomasz Janowski)