La supervivencia de la planta ISAB de Sicilia está en peligro debido al embargo europeo sobre el petróleo ruso transportado por mar que entrará en vigor el 5 de diciembre.

El gobierno de la primera ministra Giorgia Meloni quiere salvar la refinería, que representa una quinta parte de la capacidad de refinado de Italia y emplea a unos 1.000 trabajadores en una zona económicamente desfavorecida.

ISAB se ha visto obligada a depender únicamente del petróleo ruso después de que los bancos acreedores interrumpieran la financiación y dejaran de proporcionar las garantías necesarias para comprar petróleo a proveedores alternativos.

Sus bancos acreedores han recelado de tratar con una entidad rusa porque Lukoil está afectada por sanciones internacionales en Estados Unidos, pero no en Europa.

Tres fuentes cercanas al asunto, que pidieron no ser nombradas, dijeron a Reuters que el gobierno estaba intentando vencer la resistencia de los bancos a proporcionar financiación para mantener la planta en funcionamiento.

El gobierno no descarta intervenir directamente para mantener la planta en funcionamiento, aunque primero hará un último intento para llegar a un acuerdo con los bancos, dijo una de las fuentes.

Por el momento, el gobierno está intentando obtener una "carta de tranquilidad" de las autoridades estadounidenses con garantías por escrito de que los bancos no se arriesgarán a futuras multas, dijeron las fuentes.

Hasta ahora, sin embargo, no ha habido ninguna respuesta positiva a la petición de Italia, dijo una de las fuentes.

El ministerio de Asuntos Exteriores italiano declinó hacer comentarios. La embajada estadounidense en Roma y Lukoil no respondieron inmediatamente a las solicitudes de comentarios.

Los bancos también han solicitado garantías de hasta el 100% sobre los préstamos a la agencia estatal de crédito a la exportación SACE, que normalmente proporcionaría una garantía del 80% en transacciones similares, dijo otra de las fuentes.

Se espera que el miércoles se celebre una reunión con funcionarios clave del gobierno, SACE y los prestamistas.

En una reunión del gabinete que se celebrará el jueves también se debatirán las medidas destinadas a ayudar a la planta de ISAB, dijo una de las fuentes.

El ministro de Industria, Adolfo Urso, dijo este mes que Roma estaba considerando varias opciones para mantener operativa la refinería, entre ellas pedir a la Unión Europea una exención temporal sobre las próximas sanciones europeas.

El opositor Partido Democrático presentó al Parlamento una medida que permitiría a Roma colocar ISAB bajo tutela estatal, el mismo camino seguido por Alemania, que en septiembre tomó el control de una refinería propiedad de la petrolera rusa Rosneft.

Un cambio de propietario solucionaría los problemas de ISAB y varios posibles compradores, entre ellos la plataforma de inversión estadounidense Crossbridge Energy Partners, están estudiando actualmente el activo.