La medida está en consonancia con la estrategia de Moderna de redimensionar su red de fabricación para recortar costes, aun cuando pretende gastar unos 4.500 millones de dólares este año en la investigación y el desarrollo de varias vacunas nuevas, entre ellas contra el cáncer y el virus respiratorio sincitial (VRS).

Muchas de las vacunas de ARN mensajero (ARNm) que Moderna está desarrollando, como para el VIH y la malaria, se encuentran en una fase temprana.

"Teniendo esto en cuenta, y en consonancia con nuestra planificación estratégica, Moderna considera prudente pausar sus esfuerzos para construir una planta de fabricación de ARNm en Kenia", declaró la empresa.

La estrategia de Moderna supone un revés para los esfuerzos realizados en África para reducir la dependencia de las importaciones de vacunas y medicamentos procedentes de fuera del continente.

"Para responder eficazmente a los brotes de enfermedades infecciosas o, mejor aún, para prevenirlos en primer lugar, es crucial que exista una capacidad local de fabricación de vacunas y una capacidad de apoyo a las necesidades locales", declaró Charlie Weller, jefe de prevención del equipo de enfermedades infecciosas de Wellcome.

Wellcome es una fundación de financiación y defensa de la investigación sanitaria.

La empresa había dicho en 2022 que invertiría unos 500 millones de dólares en las instalaciones de Kenia y que suministraría hasta 500 millones de dosis de sus vacunas de ARNm a África cada año.

También tenía planes para empezar a suministrar dosis de su vacuna COVID en el continente ya en 2023.

Sin embargo, Moderna no ha recibido ningún pedido de vacunas para África desde 2022 en medio de la disminución de la demanda a nivel mundial, dijo la compañía.

El fabricante de medicamentos dijo que había asumido más de 1.000 millones de dólares en pérdidas y amortizaciones relacionadas con la cancelación de pedidos anteriores de África.