Slovnaft, propiedad de la húngara MOL, que procesa 124.000 barriles diarios (bpd) y exporta sus productos a toda Europa central, ha estado utilizando petróleo ruso suministrado por el oleoducto Druzhba, pero está acelerando las modificaciones para utilizar otras mezclas.

El cambio responde al inminente embargo de la Unión Europea sobre las importaciones de crudo ruso, que pretende detener el 90% de las importaciones de crudo ruso en el bloque de 27 países.

Eslovaquia, junto con Hungría y la República Checa, consiguió exenciones para las importaciones esenciales por oleoducto. Las exenciones, sin embargo, no cubren la mayoría de las exportaciones de combustibles producidos a partir de petróleo ruso, lo que resulta problemático para Slovnaft.

Slovnaft dijo a Reuters que podrá mantener una proporción de petróleo ruso en su mezcla gracias a las excepciones que cubren el mercado eslovaco, e inicialmente las exportaciones de combustible a la República Checa.

"Suponemos que mientras se mantenga nuestra cuota de mercado en el mercado nacional y en la República Checa, el año que viene podremos procesar aproximadamente el 60% del volumen anual con REBCO (mezcla rusa) y el resto debería ser alternativo, con fines de exportación", declaró el portavoz de Slovnaft, Anton Molnar, añadiendo que su objetivo es mantener la capacidad de procesamiento en niveles similares a los actuales.

La excepción que cubre las exportaciones a la República Checa expira el 5 de diciembre del próximo año, lo que obligará a Slovnaft a reducir aún más su uso de petróleo ruso.

Slovnaft exporta alrededor del 62% de su gasóleo, incluido el 27% a la República Checa y el 20% a Austria. También exporta la mayor parte de su gasolina, carburorreactores, polímeros y azufre.

"El año 2023 no será fácil, y las complicaciones de la transformación sólo podrán hacerse patentes durante la propia explotación", añadió la empresa.