Desde hace más de dos años, los manifestantes ocupan Luetzerath, un pueblo del distrito de lignito del estado occidental de Renania del Norte-Westfalia, para detener la ampliación de la mina de lignito de Garzweiler, gestionada por la empresa energética RWE.

Tras una decisión judicial que permitía a RWE seguir adelante con la ampliación, cientos de policías con equipo antidisturbios se desplazaron el miércoles por la mañana para despejar las barricadas levantadas por los activistas.

Pero los avances han sido lentos; dos personas han sido detenidas y tres más estaban bajo custodia desde que comenzó la operación el miércoles, según declaró el portavoz de la policía de Aquisgrán, Andrew Mueller.

Los activistas dijeron que cientos de manifestantes seguían en el lugar.

Equipados con escaleras, en la lluviosa mañana del jueves, la policía escaló los muros de una de las casas abandonadas del pueblo mientras los manifestantes en el edificio y en su tejado coreaban "El pueblo tiene el poder" y "Luetzerath se queda".

Los manifestantes han formado cadenas humanas, realizado sentadas y ocupado edificios abandonados que serán arrasados para dejar paso a la ampliación de la mina. Algunos se han atrincherado en agujeros en el suelo, mientras que otros se han colgado de trípodes de madera.

El enfrentamiento ha sido relativamente pacífico, con algunos heridos leves en ambos bandos, según la policía, que el jueves dijo estar preparada para todos los escenarios, incluida una nueva escalada con los okupas en los próximos días.

La policía dijo el martes que podría llevar semanas resolver el enfrentamiento con los ecologistas, que se considera un símbolo del fracaso de la política climática de Berlín ante la crisis energética de la mayor economía de Europa.

"Estamos trabajando poco a poco. El tiempo no lo hace mucho más fácil. Pero por ahora es pacífico", dijo otra portavoz de la policía de Aquisgrán, Cornelia Weber.

"Esperamos que siga así", añadió Weber.

La mina de Garzweiler extrae unos 25 millones de toneladas de lignito al año, según RWE. La empresa ha dicho que apoya tanto la transición energética como un aumento temporal del uso de centrales de lignito para ayudar a Alemania a superar la crisis energética.