Basándose en el análisis de más de 21.000 productos de alimentación y bebidas en el líder del mercado Tesco, Sainsbury's, Asda, Morrisons, Aldi, Lidl, Waitrose y Ocado, Which? descubrió que los precios de los supermercados subieron un 25,8% entre junio de 2021 y junio de 2023.

Los precios de los alimentos se han visto impulsados al alza por el aumento de los costes de los piensos, los fertilizantes y el combustible, así como de la energía y la mano de obra. Las malas cosechas, la gripe aviar y una libra más débil han agravado la situación.

Sin embargo, Which? afirmó que sus hallazgos muestran que algunos productos de supermercado se han visto afectados por una inflación desproporcionadamente alta.

La Autoridad de la Competencia y los Mercados (CMA) tiene previsto realizar este mes una actualización sobre la competencia y los precios en el sector de la alimentación. Anteriormente había dicho que no había encontrado pruebas que apuntaran a preocupaciones específicas.

"Si se encuentran problemas de competencia, la CMA debería estar preparada para tomar las medidas oportunas", afirmó Which?, añadiendo que el ministro de Economía, Jeremy Hunt, también debería proporcionar una actualización sobre sus progresos a la hora de acordar medidas con la industria para aliviar la presión sobre los consumidores.

Los supermercados británicos han rechazado las acusaciones de que se han aprovechado de la crisis del coste de la vida.

En respuesta a Which?, el Consorcio Minorista Británico, que representa a los principales supermercados, afirmó que los minoristas no habían trasladado a los consumidores todas las presiones de costes a las que se han enfrentado.

"El duro trabajo realizado por los minoristas para absorber los aumentos de costes significa que el Reino Unido ofrece unos de los precios de comestibles más baratos de Europa", afirmó la directora ejecutiva del BRC, Helen Dickinson.

También señaló que los precios de algunos productos básicos clave, como la mantequilla y el pan, han empezado a bajar en las últimas semanas.

Los gobiernos de toda Europa han estado luchando contra la alta inflación. El mes pasado, el gobierno francés consiguió que 75 empresas alimentarias se comprometieran a recortar los precios de cientos de productos. Hungría, por su parte, ha impuesto recortes de precios obligatorios.

Aunque el gobierno del Reino Unido ha expresado su preocupación por la subida de los precios de los alimentos, ha dicho que no estaba considerando la posibilidad de imponer topes a los precios.