Tesla gastará más de 500 millones de dólares en ampliar su red de recarga rápida, dijo el viernes su consejero delegado, Elon Musk, días después de despedir abruptamente a los empleados que dirigían el negocio.

"Eso es sólo en nuevos sitios y expansiones, sin contar los costes de operaciones, que son mucho más altos", dijo Musk en un post en su plataforma de medios sociales X.

Tras los despidos de la semana pasada, Musk dijo que Tesla planeaba ampliar la red de Supercargadores, pero a un ritmo más lento para los nuevos emplazamientos.

Los fabricantes de vehículos eléctricos han ido adoptando el Estándar de Carga Norteamericano de Tesla, lo que hace que los supercargadores de la empresa estén más cerca de convertirse en el estándar del sector en detrimento del rival Sistema de Carga Combinada.

Sin embargo, la decisión de Musk de destripar el equipo de recarga de vehículos eléctricos está desbaratando los planes de despliegue de nuevas estaciones de carga rápida y puede retrasar los esfuerzos del presidente Joe Biden para electrificar las autopistas estadounidenses.

La administración Biden ha repartido 5.000 millones de dólares entre los estados a lo largo de cinco años para construir 500.000 cargadores de vehículos eléctricos como parte del programa de Infraestructura Nacional de Vehículos Eléctricos, y Tesla ha sido hasta ahora uno de los mayores beneficiarios de esos fondos federales.