El negocio de las empresas de alimentos envasados, como Conagra, se ha visto presionado desde la pandemia, recibiendo un golpe por una cadena de suministro tensa que eleva los costes de transporte, mientras que el resurgimiento de la demanda de productos básicos se tradujo en un aumento de los costes de ingredientes como el maíz, el trigo, las proteínas y los aceites comestibles.

La empresa, con sede en Chicago, ha tomado varias rondas de medidas de precios en los últimos meses, pero no espera compensar totalmente las presiones de los costes en el año fiscal 2022 debido al retraso en la aplicación de las subidas de precios.

La empresa dijo que espera que el beneficio ajustado sea de unos 2,35 dólares por acción, frente a los aproximadamente 2,50 dólares que esperaba anteriormente.

Las ventas netas aumentaron un 5,1%, hasta los 2.910 millones de dólares, en el tercer trimestre finalizado el 27 de febrero. La media de los analistas esperaba unas ventas de 2.850 millones de dólares, según los datos de Refinitiv IBES.

Las acciones de Conagra, conocida por marcas como Birds Eye y Chef Boyardee, cayeron alrededor de un 4% en las operaciones previas a la comercialización.