La pérdida de 4.800 millones de yenes (35,6 millones de dólares), su primera pérdida trimestral en dos años, se compara con un beneficio de 14.500 millones de yenes un año antes y con una estimación de consenso de un beneficio de 19.400 millones de yenes de cuatro analistas encuestados por Refinitiv.

El aumento de los costes de material y logística redujo sus ganancias operativas en 9.400 millones de yenes, mientras que la escasez de chips tuvo un impacto negativo de unos 3.000 millones de yenes, dijo la empresa.

Sin embargo, el conglomerado industrial japonés, salpicado de escándalos y que está explorando la posibilidad de convertirse en una empresa privada y otras opciones, mantuvo su previsión de beneficios para el año que termina en marzo en 170.000 millones de yenes, un 7% más que el año anterior.

Bain Capital, CVC Capital Partners y Brookfield Asset Management, así como un consorcio en el que participan la empresa estatal Japan Investment Corp y la firma de capital riesgo Japan Industrial Partners, han sido seleccionados por Toshiba para pasar a una segunda ronda de ofertas.

Una compra de Toshiba podría valorar la firma en hasta 22.000 millones de dólares, según han dicho previamente fuentes a Reuters.

Las tensiones entre Toshiba y sus inversores activistas culminaron el año pasado cuando una investigación encargada por los accionistas concluyó que la dirección se había confabulado con el Ministerio de Comercio de Japón -que considera la tecnología nuclear y de defensa de la empresa como un activo estratégico- para impedir que los inversores extranjeros ganaran influencia en su junta de accionistas de 2020.

Este año, los accionistas rechazaron los planes respaldados por la dirección para dividir la empresa en dos, lo que llevó a Toshiba a reiniciar una revisión estratégica.

(1 dólar = 134,98 yenes)