Barcelona había introducido una serie de normas destinadas a reducir el número de conductores de vehículos privados de transporte de pasajeros contratados a través de plataformas móviles y de propietarios de flotas para proteger los intereses de los servicios de taxi.

Pero el máximo tribunal de la UE dijo que la justificación de las restricciones es contraria al derecho comunitario, según un documento enviado por el Tribunal.

Las restricciones a este tipo de negocios sólo pueden imponerse en beneficio de intereses generales como la protección del medio ambiente y la evitación del tráfico excesivo, y no discriminar a proveedores concretos, dijo el tribunal.

El Tribunal Superior de Cataluña deberá ahora ordenar a la ciudad que cumpla la sentencia de la UE.

La sentencia de la UE podría sentar un precedente para otras zonas en las que se han aplicado restricciones, según José Manuel Berzal, portavoz de UNAUTO-VTC, una asociación de propietarios de turismos en España que trabajan con Uber, su competidor local Cabify y Bolt.

Otras regiones de España, como Baleares y Valencia, tienen restricciones similares y los propietarios de flotas también han emprendido acciones legales allí, dijo.

Janet Sanz, responsable de política urbana de Barcelona, dijo que la sentencia "aclara" cómo la ciudad tiene que regular el negocio.

Las restricciones impuestas en Barcelona limitaban el número de licencias disponibles para los vehículos privados de transporte de pasajeros a una trigésima parte del número de taxis. Los reguladores fijarán ahora el número de licencias en función de las necesidades de los pasajeros, dijo Berzal.

La alcaldesa Ada Colau, cuya administración estableció las restricciones, perdió su candidatura a la reelección el 28 de mayo, y aún no se ha elegido un nuevo alcalde.

Bolt dijo que la sentencia ayudará a poner fin a los conflictos que han perseguido al negocio durante los últimos diez años y proporcionará un marco legal justo, estable y transparente para todas las partes. Uber y Cabify declinaron hacer comentarios.

La aplicación de las restricciones a finales del año pasado expulsó del negocio a muchos conductores autónomos y propietarios de flotas en Barcelona.

"Es un gran día para nosotros", dijo Dayana Barrera, propietaria de una pequeña flota de coches en Barcelona, que se vio obligada a vender algunos de sus vehículos. "Miles de familias dependen de este negocio".