Ocho días después de que Trump se alzara con una victoria sin precedentes en la primera contienda de Iowa, el ex presidente aspira a asestar un golpe fatal a la incipiente campaña de Haley anotándose otra victoria arrolladora.

La carrera se transformó en una batalla individual el domingo, cuando el gobernador de Florida, Ron DeSantis, puso fin a su difícil campaña meses después de que él y Haley compitieran por emerger como la principal alternativa a Trump.

Para Haley, Nuevo Hampshire representa quizá su última oportunidad de demostrar que la base republicana está dispuesta a considerar a alguien que no sea Trump, que ha mantenido su dominio sobre los fieles del partido a pesar de enfrentarse a 91 cargos por delitos graves. Se ha declarado inocente de todos los delitos y ha afirmado que es víctima de una persecución política.

El gran número de votantes independientes del estado, a los que se permite votar en las elecciones del martes, hace de Nuevo Hampshire un terreno más amable para Haley que el más conservador Iowa.

Aun así, Trump mantiene una ventaja de dos dígitos en la mayoría de las encuestas públicas estatales. Aunque DeSantis sólo tenía alrededor del 6% de apoyo, respaldó a Trump al abandonar la carrera el domingo, y es más probable que sus partidarios transfieran su lealtad a Trump, según los encuestadores.

Una victoria de Haley podría dar a su campaña el impulso -y la recaudación de fondos- que necesita de cara a la próxima contienda por la nominación, el 24 de febrero en Carolina del Sur, donde fue gobernadora durante dos mandatos. Una victoria de Trump, mientras tanto, se sumaría al aire de inevitabilidad que ha tratado de crear en torno a su candidatura.

El ganador de las contiendas de nominación republicana de este año se enfrentará al presidente Joe Biden, el presunto nominado demócrata, en las elecciones generales de noviembre.

Mientras los rivales republicanos hacen campaña en Nuevo Hampshire, Biden y la vicepresidenta Kamala Harris darán el pistoletazo de salida a una serie de actos destinados a poner de relieve los límites al aborto respaldados por los republicanos y a los que los demócratas se oponen en general.

El lunes se cumplen 51 años del caso Roe contra Wade, la decisión que estableció el derecho al aborto en todo el país hasta que el Tribunal Supremo de Estados Unidos lo revocó en 2022, galvanizando a los votantes demócratas.

TRUMP ASISTIRÁ AL JUICIO

En un recordatorio de la miríada de problemas legales a los que se enfrenta, Trump pasará la mañana en un tribunal de Nueva York, donde un jurado federal está juzgando el caso de difamación presentado contra Trump por la escritora E. Jean Carroll, que dice que él la violó hace décadas.

Trump, que ha acusado a Carroll de inventarse la historia para impulsar sus memorias, podría testificar por primera vez el lunes. Al igual que con sus casos penales, que ha utilizado con frecuencia en alegatos para recaudar fondos, Trump ha retratado el caso como parte de una conspiración más amplia de las fuerzas liberales para descarrilar su candidatura.

En mayo pasado, otro jurado declaró a Trump civilmente responsable de abusar sexualmente de Carroll y le ordenó pagar 5 millones de dólares por daños y perjuicios, un resultado que Trump calificó de "vergüenza".

Más tarde viajará a Nuevo Hampshire para un último mitin en Laconia.

Haley tiene programados al menos cinco actos, incluidas varias apariciones con el gobernador de Nuevo Hampshire, Chris Sununu, que la ha respaldado.

En los últimos días, Haley, de 52 años, ha intensificado sus ataques contra Trump, asegurando que el mandatario de 77 años ha sufrido cierto deterioro cognitivo desde su llegada a la Casa Blanca y criticándole por abrazar a líderes extranjeros autoritarios.

En un mitin el domingo en Rochester, Nuevo Hampshire, Trump acusó a Haley de apoyarse en una "alianza impía" de liberales, 'never-Trumpers' que se oponen a él y RINOs, o Republicans in Name Only. Ha utilizado una versión de su nombre de pila, Nimarata, como insulto y ha amplificado las publicaciones falsas en las redes sociales cuestionando su ciudadanía estadounidense por derecho de nacimiento.

Haley es hija de inmigrantes indios y nació en Carolina del Sur.