Macron aprovechó su visita de Estado en Washington esta semana para presionar a Estados Unidos para que encuentre la forma de suavizar el impacto de la Ley de Reducción de la Inflación estadounidense (IRA, por sus siglas en inglés), un paquete masivo de subsidios que los europeos temen que pueda hacer descarrilar su propia recuperación industrial.

"Realmente creo que la visita de Estado del presidente francés a Washington es un punto de inflexión", declaró el ministro francés de Finanzas, Bruno Le Maire, a Reuters y al Financial Times en una entrevista conjunta.

"Creo que ahora hay una verdadera toma de conciencia (del problema), un reconocimiento por parte de la administración estadounidense, pero también por parte del Congreso", declaró en Washington.

Biden dijo en una conferencia de prensa conjunta con Macron el jueves que se podrían aplicar "retoques" a la forma en que se aplican los componentes legislativos del IRA para evitar que los países europeos se vean perjudicados por sus consecuencias.

"Por ejemplo, hay una disposición en ella que dice que existe la excepción para cualquiera que tenga un acuerdo de libre comercio con nosotros", dijo Biden el jueves. "Eso fue añadido por un miembro del Congreso de Estados Unidos que reconoce que sólo quería decir aliados; no quería decir, literalmente, acuerdo de libre comercio. Así que hay muchas cosas que podemos solucionar".

En la entrevista con Reuters, Le Maire dijo que el hecho de que Biden sugiriera que los aliados podrían ser tratados como países con un acuerdo comercial, como Canadá y México, era un "gran avance" que surgió de intensas discusiones entre funcionarios franceses y estadounidenses.

"Es un gran avance decir: son nuestros aliados, son nuestros amigos. Así que, aunque no tengamos un acuerdo comercial con Europa, vamos a considerar los componentes europeos de la misma manera que los de los países con un acuerdo comercial", dijo Le Maire.

"No es un ajuste, es una elección política importante".

Los funcionarios franceses afirman que el trabajo técnico continuará en los próximos días y semanas para ver cómo plasmarlo en una normativa, pero creen que las órdenes ejecutivas de la administración Biden podrían ser el conducto para los "ajustes".

En Washington, Macron, Le Maire y otros funcionarios franceses emprendieron una ofensiva de presión dirigida a funcionarios estadounidenses de todas las ramas del poder, desde la Casa Blanca hasta el Capitolio, y Macron advirtió a los legisladores estadounidenses de ambos lados del pasillo en una reunión a puerta cerrada que la IRA era vista como "superagresiva" por las empresas europeas.

Preguntado sobre si Macron había esgrimido la amenaza de un recurso ante la Organización Mundial del Comercio, Le Maire dijo que no tenía por qué hacerlo y que Estados Unidos, bajo el mandato de Biden, estaba muy dispuesto a trabajar con los aliados europeos, sobre todo teniendo en cuenta que China era un rival común.

"Nadie quiere una guerra comercial en la situación en la que estamos", dijo Le Maire. "Tenemos un competidor que se llama China. El objetivo estratégico de Estados Unidos, me parece, no es debilitar a Europa sino, por el contrario, trabajar en asociación con Europa."

Le Maire dijo que también había estado trabajando en coordinación con su homólogo alemán, el ministro de Economía Robert Habeck.

Los fabricantes de automóviles alemanes se encuentran entre las mayores víctimas potenciales del IRA, que proporciona grandes subvenciones a los coches eléctricos fabricados en Estados Unidos. Las empresas francesas de piezas para automóviles, como Valeo, que suministran a los fabricantes alemanes, también se habrían visto perjudicadas.

Le Maire dijo que, aunque el impacto del paquete estadounidense podría mitigarse ahora, el episodio demostraba que Europa era demasiado lenta a la hora de fomentar la inversión en las tecnologías del futuro, con instrumentos que podían tardar dos años en proporcionar subvenciones a la industria, cuando los créditos fiscales estadounidenses eran instantáneos.

"Nos corresponde a nosotros, los europeos, poner orden en nuestra propia casa", dijo.