Argentina ha completado la mayor operación de gestión de deuda interna de su historia, según informaron el jueves las autoridades, reduciendo las obligaciones a corto plazo en 30.000 millones de dólares en los próximos cuatro meses y aplazando los pagos más allá de las elecciones nacionales de finales de año.

El canje de deuda se produce en un momento de crecientes tensiones en las finanzas públicas, agravadas por una inflación de tres dígitos, un debilitamiento constante de la moneda local y, más recientemente, una grave sequía que recortó los ingresos críticos de las exportaciones agrícolas en unos 20.000 millones de dólares.

El ministerio de Economía dijo en un comunicado que el canje de deuda redujo los pagos adeudados entre junio y septiembre en unos 7,4 billones de pesos (30.300 millones de dólares), y que la transacción obtuvo una tasa de aceptación del 78% por parte de los tenedores de deuda.

Un portavoz del gobierno saludó la operación como "muy exitosa" a primera hora del jueves, antes de que se anunciaran los detalles del canje, que forma parte de un impulso más amplio para reestructurar la deuda pública y evitar el impago.

La operación recortó los vencimientos de la deuda pública para lo que queda de año en un 64%, dijo el ministerio de Economía, hasta 4,2 billones de pesos desde 11,6 billones.

"Hoy realizamos el mayor canje de deuda pública de la historia argentina en el mercado interno", escribió el secretario de Finanzas, Eduardo Setti, en un mensaje en Twitter.

Aunque el Gobierno, con problemas de liquidez, celebró la reducción de la deuda a corto plazo, S&P Global Ratings rebajó su calificación en moneda local para el país a "impago selectivo" por lo que describió como "otro canje en apuros" que retrasa los pagos de la deuda a 2024 y 2025.

"Consideramos esta operación en dificultades basándonos en la probabilidad de un impago convencional -sin participación de los acreedores- dadas las pronunciadas vulnerabilidades macroeconómicas del soberano y su limitada capacidad para ampliar los vencimientos y colocar papel en el mercado local sin depender de los canjes", señaló la agencia de calificación en un comunicado.

El FMI, sin embargo, acogió con satisfacción el canje de deuda de Argentina, añadiendo que la operación debería salvaguardar la sostenibilidad de la deuda.

El canje de deuda sigue a operaciones nacionales similares pero de menor envergadura en enero y marzo. Debido a impagos anteriores, los mercados mundiales de capitales están en gran medida cerrados a Argentina.

El canje fue inferior a los 42.000 millones de dólares de deuda inminente que los analistas habían estimado que el país tendría que rehacer, de los cuales algo menos de la mitad está en manos de inversores privados.

De cara a las elecciones de octubre, la coalición peronista gobernante de centro-izquierda del presidente Alberto Fernández se enfrenta a una ardua batalla para conservar el poder en medio de una prolongada depresión económica. Se esperan duros desafíos tanto de la oposición conservadora como de un emergente outsider libertario que pretende sustituir la moneda local, el peso, por el dólar estadounidense.

(1$= 244,45 pesos argentinos) (Reportaje de Nicolas Misculin; Reportaje adicional de Eliana Raszewski; Redacción de David Alire Garcia; Edición de Adam Jourdan y Sonali Paul)