El plan de Finlandia de permitir a los agentes fronterizos bloquear a los solicitantes de asilo que intenten entrar desde Rusia recibió el miércoles tanto elogios como críticas, mientras el parlamento del país comenzaba a debatir un proyecto de ley.

El gobierno propuso el martes una legislación de emergencia que permitiría a los guardias fronterizos rechazar las solicitudes de asilo y hacer retroceder a los inmigrantes que intenten cruzar los 1.340 km (830 millas) de frontera de Finlandia con Rusia. Finlandia cree que Moscú promueve la migración como represalia por la adhesión de Helsinki a la alianza transatlántica OTAN, que respalda a Ucrania frente a Rusia.

Moscú niega la acusación.

Antes de que Finlandia cerrara sus puestos fronterizos orientales el pasado mes de diciembre, más de 1.300 inmigrantes procedentes de terceros países, entre ellos Siria y Somalia, habían llegado a Finlandia desde Rusia.

Desde entonces, sólo unas docenas de migrantes han llegado desde Rusia a través del espeso bosque a lo largo de la frontera, pero Helsinki teme que las cifras vuelvan a crecer.

La llamada ley de expulsión sería útil, dijeron varios legisladores durante el debate.

"En principio, nos parece positivo que el gobierno se haya propuesto redactar este tipo de ley", dijo Tytti Tuppurainen, diputado del mayor grupo de la oposición, los socialdemócratas.

El segundo mayor grupo de la oposición, el Partido del Centro, calificó la propuesta del gobierno de "absolutamente necesaria".

No estaba claro de inmediato si la ley propuesta, que requiere una mayoría de cinco sextos, será aprobada en una votación plenaria que aún no ha sido programada.

Entre sus más firmes opositores se encuentran miembros de un grupo de oposición más pequeño, la Alianza de la Izquierda, que cuenta con 11 de los 200 escaños del parlamento.

La propuesta fue vapuleada por algunos juristas.

Martti Koskenniemi, catedrático emérito de derecho internacional de la Universidad de Helsinki, dijo que entraba en conflicto con la constitución de Finlandia y sus compromisos internacionales en materia de derechos humanos, en particular el principio de no devolver a los solicitantes de asilo a un país en el que correrían un peligro probable.

Koskenniemi afirmó que la ley otorgaría a los guardias fronterizos poderes "completamente insensatos" para juzgar qué inmigrantes podrían ser especialmente vulnerables o tener motivos para temer la pena de muerte o la tortura en sus países de origen.

"Es inaudito que se permita a una autoridad finlandesa emitir sobre la base de un presentimiento tales juicios, que no son decisiones administrativas y no pueden recurrirse", declaró a Reuters.

El defensor del pueblo finlandés contra la discriminación declaró a Reuters que, a lo largo de la historia, los Estados habían utilizado a los inmigrantes para presionarse mutuamente.

"Esto no es nuevo ni excepcional", dijo la defensora del pueblo Kristina Stenman. Añadió que sería alarmante que Finlandia se negara a recibir solicitudes de asilo en sus fronteras.