Mariam Tsertsvadze, cofundadora de una organización benéfica para animales en la capital georgiana, sólo ha conseguido dormir tres o cuatro horas por noche en las últimas semanas, pero dice estar llena de energía.

Tsertsvadze se ha unido a otros miles de georgianos en protestas nocturnas en el centro de Tiflis para expresar su oposición a un proyecto de ley gubernamental sobre "agentes extranjeros" que los críticos han condenado como autoritario e inspirado en el Kremlin.

El proyecto de ley, que el Parlamento aprobó el miércoles en la segunda de sus tres lecturas, obligaría a las organizaciones que reciban más del 20% de su financiación del extranjero a registrarse como agentes de influencia extranjera.

Tsertsvadze tiene un interés directo en que se apruebe el proyecto de ley. Es cofundadora de una organización protectora de animales llamada Proyecto Animal, que presta ayuda a perros y gatos callejeros en Tiflis.

El grupo ha recibido financiación de donantes occidentales y busca aumentar su apoyo exterior. Teme que la legislación socave su labor.

El jueves por la noche, en su casa, Tsertsvadze se dedicó a lo que se ha convertido en su rutina nocturna habitual: recoger su máscara antigás, gafas, gotas para los ojos y otros artículos de primera necesidad en una mochila negra.

En protestas anteriores, la policía había despejado a las multitudes con gases lacrimógenos, granadas de aturdimiento y cañones de agua. Once personas, entre ellas seis policías, habían sido hospitalizadas la noche anterior. Tsertsvadze quería estar preparada.

Despidiéndose de su perro y su gato y colocándose un silbato al cuello, la mujer de 33 años desafió a la lluvia y se dirigió a otra noche de protesta.

"O estás en el lado correcto de la historia o en el lado equivocado de la historia", dijo Tsertsvadze en el exterior del edificio del parlamento tras saludar a sus amigos. "Creo firmemente, firmemente, que estoy en el (lado) correcto".

AISLADO DEL MUNDO OCCIDENTAL

El proyecto de ley ha desatado una crisis política rodante y ha suscitado comparaciones con las leyes utilizadas para reprimir la disidencia en Rusia, país con el que Georgia libró y perdió una breve guerra en 2008.

El partido gobernante Sueño Georgiano afirma que el proyecto de ley promoverá la transparencia. Tsertsvadze dijo que las sugerencias de que las organizaciones sin ánimo de lucro georgianas están controladas por extranjeros son "denigrantes".

"Temo que (el proyecto de ley) cambie por completo el rumbo (de la política exterior) de Georgia", afirmó. "Nos quedaremos completamente aislados del mundo occidental".

El enfrentamiento forma parte de una lucha más amplia que podría determinar si Georgia, un país de 3,7 millones de habitantes que ha conocido la agitación, la guerra y la revolución desde el colapso de la Unión Soviética, se acerca más a Europa o vuelve a estar bajo la influencia de Moscú.

Tras concentrarse primero ante el Parlamento, Tsertsvadze y otros miles de manifestantes -desde escolares hasta jubilados ataviados con banderas de Georgia y de la UE- se dirigieron a la céntrica Plaza de los Héroes de Tiflis.

Dice que ella y sus compañeros manifestantes están decididos a continuar hasta el final.

Si se aprueba el proyecto de ley, dijo, "nos quedaremos completamente solos (para hacer frente) a nuestro gobierno".

"Nuestro trabajo en este momento es protestar".