Turquía frenará el gasto público e impulsará la eficiencia en el marco de un plan de ahorro anunciado el lunes, poniendo en marcha únicamente los proyectos de inversión estatal esenciales en una nueva medida para generar confianza en un programa de ajuste económico.

Las medidas, desveladas por el vicepresidente Cevdet Yilmaz y el ministro de Finanzas Mehmet Simsek, se producen en un momento en el que Turquía vuelve a políticas más ortodoxas, tratando de impulsar la disciplina fiscal y la estabilidad de precios tras años de agitación que alimentaron una inflación galopante.

La inflación anual subió al 69,8% en abril y se espera que alcance un máximo del 75-76% en mayo antes de caer al 38% a finales de año, según las

previsión del banco central

en su informe trimestral sobre la inflación de la semana pasada.

En el marco de un giro de 180 grados en su política desde que Simsek asumió el cargo el año pasado, el banco central ya ha llevado a cabo un agresivo ciclo de subidas de tipos, elevando su tipo de interés oficial en 4.150 puntos básicos.

En la última medida, un paquete de medidas de ahorro estatal, Simsek dijo que las compras y alquileres de vehículos nuevos por parte de las instituciones públicas, así como la compra y construcción de nuevos edificios, se pausarían durante tres años.

"Queremos reforzar los cimientos económicos de nuestro país garantizando la disciplina fiscal", declaró Simsek a los periodistas.

"Dirigir las inversiones a áreas eficaces será un elemento fundamental de este paquete. Aceleraremos las reformas estructurales y haremos muchas reformas en las finanzas públicas".

También se ahorraría en el empleo del sector público, la energía y la gestión de residuos y las comunicaciones, dijo, sin dar una cifra del valor del ahorro que se realizaría.

Los fondos destinados a la compra de bienes y servicios por parte de las instituciones estatales se reducirán en un 10% y los destinados a la inversión se recortarán en un 15%, mientras que el número de nuevos funcionarios del sector público se limitará al nivel de los que se jubilen.

"Contribuiremos a la desinflación con las medidas de política fiscal adoptadas hoy", declaró Simsek. "Pretendemos ahorrar dinero aumentando la eficacia del sector público".

Simsek afirmó que la disciplina fiscal era necesaria para una estabilidad de precios duradera, para proporcionar recursos con los que hacer frente al coste del devastador terremoto del año pasado y para la transformación ecológica y digital. (Reportaje de Nevzat Devranoglu y Ezgi Erkoyun; Redacción de Daren Butler; Edición de Nick Macfie)