Perú está sumido en un antiguo enfrentamiento entre sus poderes estatales independientes. Castillo ha dicho anteriormente que el poder legislativo y el fiscal general han intentado dar un golpe contra él mediante intentos de destitución e investigaciones penales, respectivamente.

Castillo remodeló el gabinete justo antes de la medianoche del jueves, después de que el Congreso rechazara su solicitud de voto de confianza, alegando que no se cumplían los requisitos legales para celebrarlo.

La solicitud de voto de confianza estaba destinada a presionar al Congreso con consecuencias de alto riesgo, incluyendo el despido del gabinete y la disolución del parlamento.

Castillo dijo que negar la solicitud era similar a que el Congreso celebrara un voto de censura y aceptó la renuncia de su primer ministro el jueves.

"Hay un golpe ejecutivo en marcha para cerrar el Congreso", dijo a Reuters el legislador conservador Carlos Anderson sobre el comentario de Castillo.

Según la Constitución, si el Congreso emite un voto de censura, todo el Gabinete debe renunciar. Si el Congreso emite entonces un segundo voto de censura, el presidente está facultado para disolver el Parlamento y convocar elecciones legislativas.

"Es lo que el presidente busca abiertamente", dijo a Reuters el legislador y militar retirado Roberto Chiabra, del partido conservador Alianza para el Progreso.

El primer ministro saliente, Aníbal Torres, ha negado que la solicitud de voto de confianza tenga como objetivo cerrar el Congreso.

Castillo ha sobrevivido a dos intentos de destitución y los legisladores de la oposición de derecha están buscando apoyo para lanzar un nuevo juicio político en su contra, aunque han reconocido que no tienen los votos suficientes.

En 2019, el presidente centrista Martín Vizcarra disolvió el Congreso tras dos votos de censura en una intensa disputa con la oposición. Al año siguiente, un nuevo Congreso destituyó a Vizcarra en medio de acusaciones de corrupción.