El aumento del rendimiento de los bonos italianos es una "llamada de atención", declaró el lunes el banco central del país, instando al gobierno a manejar su política presupuestaria con "extrema prudencia".

El marco fiscal del Tesoro presentado el mes pasado elevaba el objetivo de déficit para el próximo año al 4,3% del producto interior bruto (PIB) desde el 3,7% anterior, y apuntaba a su vuelta por debajo del techo del 3% de la Unión Europea sólo en 2026, con una reducción prácticamente nula de la deuda en el mismo periodo.

El plan fue mal recibido por los mercados, y la diferencia entre los rendimientos de los bonos italianos BTP a 10 años y sus equivalentes alemanes superó el lunes los 208 puntos básicos, la mayor desde enero.

"La elevada deuda es un grave elemento de vulnerabilidad", declaró el Banco de Italia en una comparecencia ante el Parlamento.

"Expone al país al riesgo de tensiones en los mercados financieros y aumenta el coste de la deuda para el Estado y, a su vez, para los hogares y las empresas".

La primera ministra, Giorgia Meloni, detallará su presupuesto para 2024 la próxima semana, en medio de unas perspectivas económicas cada vez más sombrías.

El Banco de Italia afirmó que la debilidad de la actividad económica continuó en el tercer trimestre de este año, después de que el PIB se contrajera un 0,4% en el anterior.

Además, añadió, los riesgos para el crecimiento son fuertes y a la baja, ya que las tensiones geopolíticas vinculadas a los conflictos en Ucrania y en Israel están generando una gran incertidumbre.

Por ello, el banco instó al gobierno a ser más ambicioso en sus objetivos de reducción de la deuda, afirmando que esto haría menos probable que Roma tuviera que adoptar recortes presupuestarios draconianos en caso de choques negativos.

La deuda de Italia, proporcionalmente la más alta de la zona euro aparte de la de Grecia, tiene como objetivo situarse en el 139,6% del PIB en 2026, sólo ligeramente por debajo del 140,2% previsto este año.

Los objetivos tienen en cuenta los ingresos procedentes de la venta de activos por valor de unos 21.000 millones de euros (22.000 millones de dólares) prevista para los próximos tres años, lo que significa que sin el plan de venta la deuda aumentaría.

En la última década, los ingresos procedentes de los programas de privatización han supuesto una media anual inferior al 0,1% de la producción nacional, según el Banco de Italia.

El Tribunal de Cuentas del país expresó un escepticismo más explícito en una audiencia parlamentaria separada celebrada el lunes.

Guido Carlino, el presidente del tribunal, dijo que los objetivos de privatización pueden estar "destinados a pintar un cuadro más prometedor de las perspectivas de la relación deuda/PIB y, por lo tanto, constituyen un escaparate sustancial".

(1 dólar = 0,9492 euros) (Edición de Gareth Jones y Mark Potter)