El banco central ha subido los tipos de interés desde cero en abril de 2022 en una serie de subidas para luchar contra el repunte de la inflación provocado por la pandemia y la guerra en Ucrania.

El Riksbank afirmó que la inflación, que alcanzó un máximo de más del 10%, seguía siendo demasiado elevada y que existía el riesgo de que resultara persistente. Pero afirmó que las presiones sobre los precios se estaban moviendo en la dirección correcta tras ocho subidas consecutivas.

"La previsión para el tipo de interés oficial es que podría elevarse más a principios del próximo año y que la política monetaria debe ser contractiva durante un periodo de tiempo relativamente largo", dijo el banco central en un comunicado.

La corona sueca, que se ha sumado a las preocupaciones del banco central sobre la inflación, se debilitó bruscamente tras la decisión.

Los analistas se habían mostrado divididos antes de la decisión: 10 de 19 apostaban por una subida y nueve no esperaban ningún cambio.

La mayoría cree que los tipos ya han tocado techo y la atención pasará a centrarse en cuándo empezará el banco central a relajar de nuevo la política.

El Riksbank pronosticó que los tipos se mantendrían en el nivel actual -o más altos- hasta el año que viene, pero los mercados apuntan a un cambio de rumbo antes de esa fecha a medida que la desaceleración económica empiece a hacer mella.

El Riksbank publica su próxima decisión sobre los tipos el 1 de febrero del próximo año.