El trabajador de una granja lechera de Texas infectado por la gripe aviar H5N1 no llevaba protección respiratoria ni ocular y había estado expuesto a ganado que parecía tener los mismos síntomas que el de una granja cercana con un brote confirmado del virus, según nuevos detalles sobre el caso publicados el viernes.

Los detalles, publicados en línea en la revista New England Journal of Medicine, subrayan el riesgo que corren los trabajadores de las granjas en el brote en curso entre el ganado lechero estadounidense y la necesidad de llevar equipo de protección para evitar la infección.

Hasta ahora se sabe que el brote -el primero en ganado vacuno- ha infectado a 36 rebaños lecheros en nueve estados.

La infección por el virus aviar es rara en humanos, y el caso del trabajador lácteo, notificado por primera vez en marzo, representa sólo la segunda infección humana conocida en Estados Unidos.

Se produce tras una preocupante propagación del virus en diversas especies de mamíferos, lo que hace temer que la exposición generalizada de las personas pueda hacer que el virus se extienda más fácilmente entre la población y desencadene una pandemia mundial.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE.UU. señalaron en el informe que el trabajador agrícola desarrolló una infección grave en el ojo derecho conocida como conjuntivitis, u ojo rosado, pero no presentaba signos de infección respiratoria ni fiebre.

El trabajador no había informado de ningún contacto con aves enfermas o muertas ni con otros animales, pero sí tuvo una exposición cercana con vacas lecheras enfermas, con síntomas como disminución de la producción de leche, reducción del apetito y letargo.

El trabajador había llevado guantes pero no protección respiratoria ni ocular.

Los CDC instan a los granjeros, trabajadores y personal de emergencias a que utilicen equipos de protección adecuados cuando estén en contacto físico directo o cercano con aves enfermas, ganado, heces, leche cruda o superficies contaminadas.

Un análisis del brote publicado el jueves por el Departamento de Agricultura de EE.UU. sugiere que el virus ha estado circulando en las vacas lecheras de EE.UU. durante unos cuatro meses antes de ser notificado el 25 de marzo.

Los análisis preliminares de la leche, los preparados para bebés y otros productos lácteos sugieren que su consumo es seguro, según la FDA. (Reportaje de Julie Steenhuysen; Edición de Chizu Nomiyama y Bill Berkrot)